No se entiende —bueno, más bien sí— por qué si los senadores aprobaron la iniciativa, hayan acordado posponer su aplicación
Quienes hoy en la 4T festejan haber doblado a Claudia Sheinbaum, al posponer hasta 2030 la prohibición de la reelección y el nepotismo —ella pretendía que fuera de inmediato—, no saben con quién se metieron, dicen en el equipo de la Presidenta.
En lo que fue su primera iniciativa pura, para erradicar esas prácticas a partir de 2027, Sheinbaum se llevó un revés de sus propios aliados. No solamente legisladores del PVEM se le rebelaron, sino también de Morena.
Manuel Velasco, líder de los senadores verdes, rechazó que la no reelección y la prohibición del nepotismo entraran en vigor las próximas elecciones y exigió aplicarlas en cinco años. Se le sumó el morenista Adán Augusto López, para regresar la iniciativa a los diputados.
Como no queriendo, Ricardo Monreal, líder en San Lázaro, se mostró solícito para atender las observaciones, festejando al mismo tiempo que su hermano menor, Saúl, exalcalde de Fresnillo, se destapara para sustituir en 2027 a su hermano David, gobernador de Zacatecas.
Uno más que bramó fue el burel Félix Salgado, padre de la gobernadora Evelyn Salgado, quien dijo que independientemente de cómo se viera que sustituyera a su hija en el gobierno de Guerrero, si el pueblo se lo pedía, quién era él para negarse.
"Hay toro", escribió en sus redes. Debería tomar en cuenta que se analiza la prohibición de los toros, no sea que lo manden al corral. Los legisladores de la 4T no desafiarían una orden de Palacio Nacional, sin la opinión de quien mueve los hilos.
Sobre el tema, Claudia dijo que no coincidía, pero que aceptaría las modificaciones. Y citó una frase que atribuyó a Andrés Manuel López Obrador: "No siempre se logra lo que se quiere, sino a veces lo que se puede". Seguro habría preferido que no se le cambiara ni una coma.
Lo malo no es que la 4T le corrigiera la plana, sino que le recordaran aquella triste noche en la Arena México, cuando los duros la emboscaron para bajar a Omar Hamid García Harfuch de la candidatura a jefe de Gobierno, imponiéndole delante del público a Clarita Brugada.
No se entiende —bueno, más bien sí— por qué si los senadores aprobaron la iniciativa, hayan acordado posponer su aplicación. Se entendería si la hubieran rechazado, pero sólo pidieron ganar tiempo para imponer en 2027 los relevos donde sus tribus gobiernan.
Qué les costaba recordarlo en privado con la Presidenta para no exponerla, y evitar, incluso, declaraciones como las de Velasco, que regañó a la senadora verde Ruth González por descartarse como relevo de su esposo, Ricardo El Pollo Gallardo, en San Luis Potosí.
El güero le recomendó serenarse, porque si en las encuestas sale arriba, no puede fallarle a los potosinos. Ello a pesar de la velada amenaza de Sheinbaum, quien dijo que hubiera preferido que su iniciativa aplicara desde 2027, y que quien haga nepotismo "se vería muy mal".
Por la tarde-noche, la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, advirtió que su partido acatará de inmediato la prohibición del nepotismo. Pero da la casualidad que en San Luis el gobierno es del PVEM.
En el equipo presidencial dicen que los senadores no deberían festejar, pues Claudia no es de las que olvidan… y menos de las que dejan cuentas sin saldar.
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