Rebeca Marín
Con la aprobación de las reformas laborales, el panorama del trabajo en México atraviesa distintos desafíos y oportunidades que transformarán su entorno. Es el caso del incremento al salario mínimo que para este 2025 es del 12 por ciento y beneficia a las familias al tener mejor poder adquisitivo.
Sin embargo, algunos de los costos e impacto para las empresas son el aumento de los productos y servicios, en las prestaciones y cuotas patronales así como en los seguros indexados al salario mínimo.
Esto es, los aumentos a los empleados que ganan más de un salario mínimo por temas de equidad
"Todo lo anterior, podría ocasionar la reducción de personal", consideró Bernardo López, subdirector de Consultoría Actuarial de Lockton México, en conferencia de prensa.
Explicó que a las empresas que más afecta este incremento del 12 por ciento al salario mínimo, que pasó de 248.93 pesos a 278.80 pesos diarios en todo el país con excepción de los estados de la Zona Libre de la Frontera Norte donde pasó de 374.89 pesos a 419.88 pesos diarios, es a las pequeñas y medianas empresas.
"Si una empresa tiene un trabajador y un ingreso de 100 pesos y con esto cubría utilidades en términos reales, tendrá que ser un 37 por ciento más productiva para subsanar estos costos y tener el mismo tipo de utilidad con el que cuenta actualmente", ejemplificó.
Para las empresas que tienen más trabajadores solamente tendrán que ser más productivas entre 1.38 por ciento y 6.55 por ciento.
El experto recomienda "identificar cómo está la conformación de la nómina para prever cómo afectará el incremento al salario mínimo en los próximos años. Y, en segundo lugar, tratar de dar beneficios adicionales a través de esquemas que no estén ligados al salario".
En cuanto a las pensiones, Bernardo López, comentó que la Ley de Pensiones del Bienestar que se aprobó en 2024, establece el derecho a recibir una pensión del cien por ciento del salario hasta por un monto equivalente a 16 mil 777.68 pesos, para los trabajadores que cumplan con estos requisitos:
Que su primera cotización sea posterior al primero de julio de 1997; que tengan 65 años o más al solicitar la pensión y que la pensión calculada conforme a la ley sea menor que su salario.
Refirió el subdirector de Consultoría Actuarial de Lockton México, que de acuerdo a datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una tasa de reemplazo cercana al 40 por ciento es una buena pensión para los trabajadores que esperan jubilarse a los 65 años. Aquellos que además coticen bajo la Ley de 1997, podrán acceder a pensiones de entre el 118 y el 140 por ciento.
"Para esto necesitan capacitación para saber cuáles son las cuestiones que tienen que vigilar para que optimicen sus beneficios a largo plazo".
Para los trabajadores con salario de cotización entre 5 y 25 UMAS, las empresas los deben incentivar a través de planes de ahorro a construir un porcentaje óptimo del salario como pensión.
En cuanto a los empleados con sueldos superiores a 25 UMAS, las empresas deberán generar programas de retención y de compensación diferida que incluya mucha capacitación en términos de finanzas personales.
Finalmente, sobre las tendencias en beneficios para los empleados en este 2025, Concepción Hernández, directora ejecutiva de People Solutiones de la misma firma dijo:
"Las remuneraciones, los sueldos y los beneficios ahora se basan en habilidades y no solo en el puesto y la experiencia previa. Y son las habilidades tecnológicas las más valoradas por las organizaciones".
Además, los esquemas de trabajo flexibles que permitan contratar empleados de diferentes localidades o países, moldearán el futuro de la búsqueda de talento, ya que de acuerdo a una investigación de Lockton, 67 por ciento de las empresas mantienen esquemas de trabajo híbrido.
Ambos recomiendan para mitigar los posibles impactos y costos del incremento al salario mínimo, integrar beneficios de bienestar físico y mental, que contribuyen a que el empleado tenga mayor compromiso con la empresa.
Así como brindar cursos de educación financiera para optimizar el uso de su salario e implementar programas de compensación flexible en donde se integran todas las prestaciones y herramientas de trabajo para que los empleados elijan las que más les convienen, sin que la empresa tenga que gastar más, concluyeron los especialistas.
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