Tras no alcanzarse, el martes pasado, el quórum necesario para discutir y dictaminar la iniciativa que busca prohibir las corridas de toros en la capital del país, el choque verbal de los dos diputados llegó al pleno de Donceles y escaló posteriormente a las bancadas legislativas.
Según Haces Lago, su colega panista le dijo que podrían llegar a un acuerdo para apoyar su iniciativa, pero le dio a entender que sería a cambio de dinero. Que si pagaba, él le ayudaría a persuadir a la bancada de su partido para apoyarlo en el dictamen.
La acusación fue negada por el panista, pero el diputado de Morena aseguró el jueves que no solamente se sostenía en su acusación, sino que iría a la Fiscalía de Justicia a levantar la respectiva denuncia, "porque lo que digo con la boca lo sostengo con los huevos".
A pesar de ello, los coordinadores de los partidos dijeron que esa confrontación quedaría al margen de las discusiones en el Congreso. Incluso, el verde Jesús Sesma, presidente de la Junta de Coordinación Política, afirmó que el pleito "había terminado".
La prohibición de las corridas de toros en la capital es un tema muy añejo, que cada legislatura es retomado y al final no pasa nada. Hasta en la legislatura pasada ocasionó algunas patadas y empujones entre el propio Sesma y el entonces diputado perredista Jorge Gaviño.
Junto con el legislador del PVEM, el coordinador panista Andrés Atayde se pronunció por caminar en el carril del respeto, sin importar coincidencias o diferencias. "La gobernabilidad del Congreso es como el amor: hay que hacerlo todos los días", declaró.
El tema no es nada sencillo, pues grupos ambientalistas y colectivos en defensa de los animales exigen la prohibición total de las corridas, mientras los taurinos piden que sigan, pues, además de ser una tradición, es la fuente de ingresos de varias familias.
En las discusiones, quienes defienden la fiesta han propuesto que sigan las corridas sin lastimar a los animales; sin que haya sangre. Los antitaurinos insisten en terminarlas, porque de cualquier forma sí habría un maltrato animal.
Morena y aliados tienen en sus manos la decisión, pero desde hace varias legislaturas el tema acaba en la congeladora, ya sea por los grandes intereses que hay en ese medio o por el dinero que se reparte para callar a los legisladores.
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