A Cuauhtémoc Blanco le tiene sin cuidado la carpeta que el gobierno de Morelos le abrió por un presunto desvío millonario cuando fue gobernador en ese estado, y dice que quiere ver quién se atreve a tocarlo.
El exfutbolista ha dicho a su familia que no teme a lo que pueda hacer Margarita González Saravia, quien lo sucedió en el cargo, pues él está protegido por Andrés Manuel López Obrador, y no le pueden hacer nada.
Siempre consideró que González Saravia no tenía ninguna oportunidad de ganar en Morelos, y así lo expresó más de una vez, cuando ella iba muy abajo al arranque de su campaña, aunque al final ganó.
Apenas hace un par de semanas, el gobierno estatal dio a conocer una carpeta en contra de Blanco, pues encontraron faltantes por unos 40 millones de pesos, por lo que dieron vista a la Fiscalía del estado.
Pero los datos de lo malversado por Cuauhtémoc se quedan muy cortos con relación a lo denunciado en campaña por Lucy Meza —quien contendió por la alianza—, que en su momento estimó un daño al erario por cuatro mil millones de pesos.
Muchos piensan que lo de los 40 millones fue solamente para enviar un mensaje al hoy diputado federal morenista, para que se serene, pues es un dique para la 4T.
El americanista presume ser protegido de López Obrador —lo cual es parcialmente cierto—, pues, mientras el tabasqueño fue Presidente, nadie pudo tocar al gobernador. Pero ya hay alguien más en Palacio Nacional… y no lo quiere.
Fue del dominio público que, a petición de González Saravia, quien no despegaba en su campaña por el lastre que le representaba el futbolista, Claudia Sheinbaum fue a Cuernavaca para ordenarle al gobernador que se desapareciera, pues su mala fama la afectaba.
El de la joroba tuvo que dar paso a un equipo encabezado por Adán Augusto López, que llegó para hacerse cargo de la campaña y enderezar el barco. Fue así como Morena se impuso en las urnas.
Como diputado, Blanco se aburre; dice que en las sesiones le da sueño y que no sabe por qué aceptó una curul, pero que sólo espera que llegue el proceso de 2027 para ser alcalde en Cuauhtémoc, o al menos funcionario federal.
Del otro lado dicen que el futbolista no conoce a Sheinbaum, quien tarde o temprano acabará ajustándole cuentas, pues es una de las herencias que le dejaron y que no la tienen contenta. Ni modo, ése es uno de los monstruos que la 4T creó en el sexenio.
A pesar de los mensajes que le envían, Blanco afirma que no le tiene miedo a Morena; que ellos son quienes lo necesitan a él, no al contrario.
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