Martín Aguilar
A pocos días de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos y materialice su plan de deportaciones masivas de inmigrantes latinos, el canciller mexicano Juan Ramón de la Fuente encabezó una reunión en la Ciudad de México con representantes de nueve países de América Latina y el Caribe. El objetivo fue coordinar estrategias para proteger los derechos de los migrantes y enfrentar los retos derivados de la migración forzada.
En el encuentro participaron ministros, viceministros y delegados de Belice, Brasil, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Venezuela. Entre los puntos tratados destacaron la necesidad de garantizar los derechos humanos de los migrantes, prevenir abusos y maltratos, y gestionar la migración desde un enfoque humanitario, que privilegie procesos regulares, seguros y ordenados.
Asimismo, se propuso fortalecer la cooperación internacional para abordar las causas estructurales y coyunturales de la migración en todas sus fases: origen, tránsito, destino y retorno.
La administración de Trump ha anunciado que deportará a todos los migrantes indocumentados, dando prioridad a aquellos que hayan delinquido.
La cifra estimada de deportados podría alcanzar los 11 millones de personas, según estimaciones oficiales. Este plan ha generado preocupación en los países de origen, donde se teme que el retorno masivo de connacionales pueda desbordar las capacidades locales de integración social y económica.
Ante este panorama, México ha comenzado a implementar medidas preventivas. El canciller De la Fuente señaló que la red consular mexicana en Estados Unidos cuenta con más de dos mil 600 asesores legales preparados para defender los derechos de los migrantes mexicanos ante posibles violaciones.
Con este esfuerzo diplomático, México busca liderar una respuesta regional al fenómeno migratorio, apelando a la solidaridad y la cooperación internacional frente a un desafío de dimensiones históricas.
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