A menos de 48 horas de que Claudia Sheinbaum informe sobre sus primeros cien días como Presidenta, en algunos sectores se empieza a generar la percepción de que habrá un desmantelamiento por goteo de algunas cosas del primer piso de la Cuarta Transformación.
Ni de lejos se ve todavía un enfrentamiento entre ella y su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, pero en apenas tres meses hay diferencias en temas tan importantes como la seguridad y las inversiones del Estado.
Una de ellas es la estrategia contra el crimen organizado, pues, aunque Sheinbaum coincide en que se deben atacar las causas, se empieza a alejar de los abrazos, no balazos. Quizá influyó el secuestro de Ismael El Mayo Zambada para ser juzgado en EU, que detonó un serio problema.
Eso facturó al Cártel de Sinaloa, lo que convirtió a ese estado en un campo de batalla, al grado de que la Presidenta envió a su secretario de Seguridad, Omar Hamid García Harfuch, a hacer base en esas tierras para pacificarlas.
El problema es que la amenaza de Donald Trump de ordenar una invasión suave a México, para extraer a los capos que el gobierno no ha podido detener, puede convertir en tierra de nadie a los estados que queden descabezados.
Por eso México tiene que afinar un plan para evitar que los estados que vayan quedando sin cabezas se salgan de control, y eso no puede hacer clic con los abrazos, sino más bien con los balazos, acompañados de un combate a las causas que generan esa violencia.
Parece que las locuras de un Trump recargado obligarán a las autoridades mexicanas a replantear su política contra el crimen, pues también hay temor por lo que puedan decir los capos mexicanos que están en manos de los gringos, sobre presuntas relaciones con exjefes de la 4T.
Otro asunto que difiere del anterior gobierno, es que una de las ocurrencias de López Obrador para revivir Mexicana de Aviación como una línea área del Estado, está en vías de extinción, pues en un año ha costado a los mexicanos más de 30 mil millones de pesos, según analistas.
La empresa, a cargo del Ejército, acaba de suspender casi la mitad sus vuelos y se va a quedar únicamente con dos aviones propios, lo que la hace financieramente inviable. Tampoco el AIFA ha podido despegar como el gran aeropuerto que se dijo sería.
Igual ya no se habla de la Megafarmacia que iba a surtir medicamentos a todo el país, y que resultó un fracaso. Ni qué decir de obras insignia como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas, inauguradas varías veces por López Obrador y que siguen sin terminar.
Éstos son sólo unos cuantos botones de muestra de lo hecho en la anterior administración, y que son una pesada loza para el actual gobierno, por lo que existe la idea de que los irán dejando a un lado.
Y para acabarla de amolar, pobladores de Tultitlán, en Edomex, desmantelaron ayer los letreros que identificaban las calles en la rebautizada colonia Cuarta Transformación; pintaron su raya con la 4T.
Seguro son coincidencias, pero se empieza a sentir que el primer piso de la Transformación no necesariamente sostendrá el segundo.
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