Si un par de integrantes del Consejo Judicial Ciudadano no se hubieran echado para atrás, Bertha Alcalde Luján habría quedado fuera de la propuesta inicial para convertirse en la nueva fiscal de Justicia de la Ciudad de México.
En la sesión de ayer, los consejeros no alcanzaron la mayoría calificada para proponer a quien ellos consideran la persona ideal que releve a Ulises Lara, cuñado de Martí Batres, quien permanece como encargado de esa oficina.
Se supone que el Consejo Judicial Ciudadano debió elegir una terna para la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, pero no lograron ponerse de acuerdo debido a la disparidad de opiniones sobre quienes llegaron a la final.
Una vez definidos los finalistas, para que uno de ellos asuma la titularidad de esa dependencia, los diez consejeros acordaron postular una candidatura de unidad y que la jefa de Gobierno, Clarita Brugada, le diera el visto bueno.
Cada consejero dio sus argumentos sobre los aspirantes para después expresar el sentido de su voto; no alcanzaron la mayoría calificada.
Aunque todo el mundo da por hecho que Alcalde Luján es la elegida del oficialismo para asumir el cargo, de los diez votos disponibles sólo obtuvo seis, y eso porque dos consejeros cambiaron, al final, de opinión.
De manera sorpresiva, los aspirantes Anaid Valero y Ulrich Richter lograron dividir la votación y, a pesar de repetirla tres veces, el consejo no pudo alcanzar ningún acuerdo, por lo que la consejera Bárbara Yllán pidió votar por una terna y no por una sola persona.
Como en ese esquema tampoco se llegó a ningún acuerdo, el consejo decretó un receso para dar oportunidad a que sus integrantes pudieran reflexionar un poco. O sea, que les llegara la línea, porque, al parecer, hay un corto circuito entre ellos.
Hasta parece que fuerzas oscuras en Morena quieren meter la mano para que Bertha no sea la elegida, a pesar de que su llegada está más cantada que Las Mañanitas.
No es la primera vez que el consejo se pospone, pues ya antes había ocurrido y se dijo que preferían esperar a que la favorita concluyera su etapa de embarazo. Pero ahora que ya pasó, la decisión vuelve a posponerse.
Es claro que al interior de la 4T hay jaloneos debido a la importancia del puesto que, a pesar de haber sido concebido como un órgano autónomo, ha sido utilizado como instrumento de control político por el gobierno en turno.
Así ocurrió la administración pasada con Ernestina Godoy, quien recibía instrucciones —y hasta regaños— en la sede del Antiguo Ayuntamiento para que los enemigos del régimen sintieran el rigor de una carpeta judicial.
Pruebas hay muchas, como la que le armaron al expriista Adrián Rubalcava para doblarlo, aunque la más icónica fue la persecución a los panistas por lo del presunto Cártel Inmobiliario en la Benito Juárez.
El susto para los morenistas que apoyan a Alcalde Luján debió ser mayúsculo, pues ella ya fue dejada en el camino cuando quiso, primero, ser consejera del INE; después, ministra de la Corte, y ahora le escatiman la Fiscalía de Justicia de la capital.
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