Siempre se tiene que conciliar la información, pero no por ello significa que haya habido robo.
Debido a que funcionarios de la nueva administración de Tlalpan se niegan a dar el visto bueno en la mayoría de las áreas entregadas por sus antecesores, el aguinaldo de los trabajadores del gobierno anterior está en peligro.
Con la llegada de la morenista Gabriela Osorio, en sustitución de la perredista Alfa González, se han hecho públicas una serie de observaciones, por lo cual los nuevos titulares no han querido firmar de recibido, requisito para que proceda la liquidación de quienes se van.
Los trabajadores que colaboraron en la anterior administración tienen derecho a recibir la parte proporcional al aguinaldo, que es de alrededor de 80% en promedio, según el tiempo que hayan laborado.
Osorio dio a conocer hace poco que se presentaron alrededor de 200 observaciones al gobierno de la perredista Alfa, aunque quienes conocen del asunto aseguran que la mayoría son de risa, y que fueron originadas debido a que los funcionarios que llegaron con la alcaldesa son novatos.
Como su jefa les dio la indicación de observar todo, la inexperiencia del nuevo equipo ocasionó que hicieran mal el proceso de recepción, retrasando la firma de las actas de liberación.
Por ejemplo, hubo quienes observaron que las computadoras están viejas o muy maltratadas; antes todavía encienden, después de diez años de uso. Otros aseguraban no encontrar cierta documentación, cuando en realidad ni siquiera saben buscarla.
Ésta es la seriedad de las observaciones, muy menores como para poder sustentar actos de corrupción, que seguramente sí hubo, pero por el momento son de risa y así no va a proceder nada.
Hay algunas áreas a las que llegó gente con más experiencia y las dudas fueron aclaradas, sin necesidad de observar nada. Dicen que en un proceso de entrega-recepción siempre se tiene que conciliar la información, pero no por ello significa que haya habido robo o desvío de recursos.
Cuando la nueva alcaldesa dio a conocer anomalías, nada dijo acerca de que no están liberándole a nadie de la administración pasada su no-adeudo de bienes, pues los están obligando a ir a las bodegas a cotejar cada acta entregada.
En ese proceso llevan casi dos meses, pero después de concluir la revisión todavía les falta buscar a nueve de los funcionarios de Osorio, para pedirles las firmas de liberación, que de momento no están dando.
Los trabajadores de Alfa consideran que hay línea para fastidiarlos, que por eso los tienen dando vueltas sin finiquitar el trámite a nadie.
El gran problema es que si no consiguen esas firmas, no les van pagar la parte proporcional del aguinaldo que por ley les corresponde. Algunos de plano dudan que se los vaya a dar, lo que sería una grave violación a sus derechos.
Que ya quisieran ver que eso le hagan a la gente que estuvo con Clara Brugada en Iztapalapa, por ejemplo, o en alcaldías de Morena, cuyos titulares están en el gobierno federal. Dicen que si Gaby quiere vengarse de Alfa, que lo haga con ella, no con los trabajadores.
Si la cosa sigue por ese camino, no habrá ni para pollo rostizado en Navidad.
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