Para 2025 existen alrededor de cinco proyectos que buscarán consolidarse en fuerza política partidista.
Pero dadas las circunstancias políticas del momento, se vislumbra cuesta arriba que alcancen la figura de partido político.
Como ejemplo de esa dificultad la enfrentó el proyecto de Felipe Calderón y Margarita Zavala, quienes impulsaron México Libre.
En pleno empoderamiento del obradorato, les fue negado el registro como partido político al ex presidente y a su esposa.
Hoy con todo el poder e influencia en prácticamente todas las instituciones, se tornará mucho más complicado que alguno de dichos proyectos alcance la meta de fuerza política nacional.
Por un lado, la ex candidata presidencial Xóchitl Gálvez, busca aglutinar la fuerza que generó en su campaña.
Hasta donde se sabe, buscará que ese movimiento se convierta en partido político para competir en 2027.
De manera paralela, el Frente Cívico Nacional, comandado por el ex dirigente nacional del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, quiere hacer partido.
De hecho, este es el proyecto que perfila mayor solidez, pero tiene tras de si a ex militantes del PRD, PAN y PRI.
Es decir que se trata de viejos liderazgos, donde la juventud no se observa en ninguna de sus reuniones, por más que busquen convencer o presumir unos cuantos muchachos.
Adicionalmente, el Frente Cívico jugó un papel importante en la campaña de Xóchitl, como eje rector de la Marea Rosa que derivó en efímero movimiento.
De las catacumbas ha sacado la cabeza Jesús Zambrano, el último dirigente nacional del PRD, quien sueña con relanzar al Son Azteca con el registro que conservó en 13 entidades.
Zambrano parece no darse cuenta que, en la mayoría de esas entidades, lo aborrecen y no lo pueden ver ni en pintura, puesto que es el artífice de la derrota del perredismo.
En días pasados se difundió que la dirigencia a su cargo, transfirió 56.5 millones de pesos a dos empresas con actividades sospechosas.
Por ello, la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral abrió una investigación y dio vista al Sistema de Administración Tributaria (SAT) para ampliar las investigaciones.
Otros proyectos con escasas posibilidades, son el del activista católico, Eduardo Verástegui, quien promueve la creación del Partido Conservador, con base en su organización Viva México.
Uno más es el de México Republicano, de Juan Iván Peña Neder, quien pretende inyectarle la ideología del Partido Republicano de Estados Unidos.
Ese es el escenario político partidista que se perfila para 2025, un año inédito por la elección judicial que se celebrará.
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