En 2023 la inscribieron para ser presidenta del INE, fue rechazada en San Lázaro. Ese mismo año quisieron hacerla ministra de la Corte, la bateó el Senado. Ahora desea ser fiscal de la Ciudad de México, en Donceles no le harán a Bertha Alcalde la grosería de otro desaire.
La hermana de Luisa, presidenta de Morena, fue la primera aspirante en registrarse como candidata a ocupar el cargo que en enero dejó vacante Ernestina Godoy, luego de que el Congreso capitalino le impidió repetir por cuatro años más en el cargo.
Las señales son tan claras, que hasta Ulises Lara, quien este año ha fungido como encargado de despacho, ni siquiera se inscribió para intentar quedarse como titular. Y eso que cuenta ya con flamantes títulos de derecho conseguidos en fast track.
Ulises soñaba con quedarse como fiscal, pero era obvio que ni siquiera los morenistas lo apoyaban, por lo que tuvo que bajar banderas y prepararse para entregar el changarro, en espera de que los que lleguen no le busquen en los cajones.
Lo de Bertha Alcalde no es nuevo, pues se sabía desde hace varias semanas que era la favorita para quedarse en el cargo por la cercanía que su familia mantiene con Andrés Manuel López Obrador, a quien Clara Brugada le debe pleitesía.
El resto de los aspirantes, que legítimamente aspiraban al puesto, hoy tienen claro que sólo serán comparsa, pues la decisión está tomada y esta misma semana Alcalde será ungida como la nueva fiscal de la capital del país.
A diferencia del año pasado, cuando Morena no pudo completar la mayoría calificada necesaria para aprobar un nombramiento de este tipo, en esta ocasión tiene votos de sobra, pues al inicio de la Legislatura les faltaba uno; por si las dudas, compraron dos.
Además, con eso de que es tiempo de mujeres, nadie esperaba que el cargo se lo fueran a otorgar a un hombre. Con Alcalde en ese puesto habrá que ver cómo tratará a la oposición, pues existen algunas carpetas judiciales pendientes, sobre todo contra panistas.
Es triste que personas respetables, con un amplio currículum, se inscriban y cumplan con todos los requisitos a fin de ser considerados para el cargo y sólo sean utilizados para legitimar una decisión que se toma desde el gobierno, no desde el Legislativo, como tendría que ser.
Será muy interesante también ver cómo se comporta la oposición esta vez, pues, aunque sus diputados voten en contra, nada cambiaría la decisión final. Igual hasta les conviene votar a favor para no echarse a la futura fiscal en contra.
Porque en enero pasado sí valió la pena, ya que, al ir unidos, lograron contener a Ernestina, quien, una vez más, tuvo que ser rescatada por el oficialismo para hacerla senadora, de donde brincó al gobierno de Claudia Sheinbaum como consejera jurídica.
Pero si eso es en la CDMX, en el Senado se cocina el nombramiento de quien se hará cargo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, donde Rosario Piedra patalea para repetir, pero los astros se alinean en favor de Nashieli Ramírez.
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