La CDMX disminuyó la cantidad de residuos al día

Rebeca Marín

Los residuos sólidos urbanos que se generan a diario en la Ciudad de México siguen representando un desafío para la capital en términos de su manejo adecuado y control de la contaminación potencial.

 

Actualmente se generan al día 12,454 toneladas de residuos sólidos urbanos, sin embargo, estos reflejaron una disminución frente a las 13,073 toneladas diarias se generaban en 2018, de acuerdo con los últimos datos que proporcionó la Secretaría del Medio Ambiente.

 

A mi anterior, se debe agregar que en la Ciudad de México se generan 14 mil toneladas diarias de residuos de la construcción y la demolición, que han constituido uno de los retos más importantes en términos ambientales, debido a la existencia de prácticas inadecuadas que durante años han hecho de los sitios naturales (barrancas, áreas naturales protegidas o el suelo de conservación) uno de sus destinos.

 

Ante ello, la anterior administración llevó a cabo una estrategia de gestión integral de residuos con un enfoque de basura cero, que también incluyó a este tipo de residuos, conocidos de manera coloquial como "cascajo" en las estrategias para mejorar su manejo e incrementar el aprovechamiento, con lo que actualmente existen condiciones que no estaban presentes en 2018, como el funcionamiento de siete plantas de tratamiento y aprovechamiento de este tipo de residuos, y la incorporación de materiales reciclados en obras públicas y privadas como una obligación legal.

 

Esta dinámica ha conducido a una generación excesiva de residuos que inmediatamente se convierten en potenciales contaminantes de nuestro ambiente y factores de riesgo para nuestra salud, además de ejercer una alta presión sobre los sistemas de gestión y manejo de residuos de las ciudades.

 

Otra de las características del modelo tradicional de desarrollo, particularmente urbano, que ha tenido lugar en todo el planeta y se ha intensificado durante el último siglo, tiene que ver con la instalación de una dinámica basada en un proceso lineal de extracción indiscriminada de recursos naturales, fabricación de productos y desecho de los mismos como "basura" una vez concluida su vida útil.

 

Se estima que alrededor del 20% de esos residuos son plásticos. Para combatir esto, desde el 1 de enero de 2020 se prohibieron las bolsas de plástico de un solo uso y desde el 1 de enero de 2021 se prohibieron otros productos de plástico desechables como popotes, palitos mezcladores, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, platos y cubiertos, globos y varillas, bastoncillos para hisopos de algodón, entre otros.

 

También se llevaron a cabo campañas de comunicación con el lema "Basura Cero", con contenidos sobre la separación adecuada de residuos, los impactos ambientales de los residuos plásticos y el fomento de prácticas de consumo sustentable, como el uso de envases y bolsas reutilizables.

 

Y se llevaron a cabo más de 3,360 visitas de vigilancia ambiental en las que se constató el cumplimiento de la nueva regulación en más del 76% de los casos, y que han conducido a la aplicación de sanciones a 136 establecimientos que incumplieron de manera reiterada.

 

Además de procesos de acercamiento y orientación que han permitido que 1,357 establecimientos que incumplían con la prohibición dejaran de otorgar productos plásticos desechables.

 

Las dinámicas económicas y los modelos de consumo han llevado a una excesiva generación de residuos potencialmente contaminantes, entre los que destacan los provenientes de productos plásticos de un solo uso, observada desde una perspectiva de construcción de alternativas para satisfacer las distintas necesidades que tenemos como seres humanos sin comprometer el ambiente, la disponibilidad futura de recursos naturales y la salud de todos los seres vivos.

 

Para aminorar lo anterior, las autoridades crearon el enfoque de la economía circular, que se está volviendo cada vez más indispensable en todo el mundo, pues plantea modelos económicos que sin dejar de ser rentables atienden a una situación de sobreexplotación de los recursos naturales, creciente carestía de insumos y aumento de la contaminación del agua, los suelos y el aire que respiramos, aunado a la permanente exigencia de condiciones laborales y de ingreso cada vez más equitativas.

 

De acuerdo al último reporte de Sedema, de 2019 a la fecha, se recolectó un total de 420 toneladas de pilas y baterías mediante los programas Reciclatrón y contenedores del programa Ponte Pilas con tu Ciudad, lo que permite dar un manejo adecuado a estos residuos a través de 455 puntos de acopio de baterías en espacios públicos (400 ubicados en vía pública y 55 en instalaciones públicas como los pilares). 


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