Cuando aspiraba al gobierno capitalino, el panista pidió apoyo a grupos internos y externos a su partido, y muchos liderazgos se la jugaron con él. Incluso varios morenistas que habían sido despreciados por la propia 4T.
Las expectativas de un triunfo eran muy altas, y la ciudadanía estaba entusiasmada con la posibilidad de que la oposición echara del gobierno al oficialismo. Días antes de las elecciones, Taboada y sus colaboradores no sólo caminaban… flotaban.
Aún no eran las elecciones y ya se sentían gobernantes. Se volvieron tan soberbios y descuidados que ni siquiera se ocuparon de cubrir todas las casillas, aspecto básico en todo proceso electoral.
Al final perdieron por más de 10 puntos, y no pudieron defender el triunfo que el propio Santiago había anunciado la noche del 2 de junio. Cuando los resultados oficiales confirmaron el triunfo de la morenista Clara Brugada, el panista calló y elevó sus anclas de la CDMX.
Literalmente el equipo de Taboada se esfumó, e incluso el candidato derrotado fue fotografiado en un aeropuerto atiborrado de maletas; decidió tomar vacaciones, mientras sus aliados seguían dando la lucha poselectoral, aun estando en clara desventaja.
Se entiende que una derrota de ese tamaño duela y que se necesita asimilar el fracaso, pero lo pudo hacer en privado. A lo mejor ir con una tanatóloga, pero no tomar vacaciones dejando colgados a quienes se la jugaron por él.
Tampoco le importaron los miles de capitalinos que votaron por él y que se sintieron traicionados al ver cómo aventaba el arpa. Quedó claro que Taboada sólo quería obtener un triunfo personal y, al no lograrlo, la comunidad fue lo de menos.
En lugar de quedarse a dar la pelea, aun con el dolor de la derrota, el panista renunció a defender la plaza, incluso desde la trinchera civil. Es un tipo joven, que bien pudo encabezar las causas de su generación y de las que vienen.
Prefiere irse a la comodidad de una cartera a su partido a nivel nacional y olvidarse de todos los que creyeron en él, y que hoy están en la incertidumbre de no saber qué va a pasar con ellos y con sus equipos.
Cada que puede grita que a él no lo doblaron ni lo doblarán y que encabezará la resistencia, sólo que para ello necesitaría ser un líder y tener seguidores; Santiago no los tiene y, por lo que se ve, no los tendrá. Todos saben que Clarita le tiene guardados algunos pendientitos.
¿De qué te vas a disfrazar Taboada si como referente en la capital te da miedo y te vas?
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