De los cuatro personajes anunciados ayer, el único que se puede considerar orgánico de la futura Presidenta es Omar Hamid García Harfuch, cuyo nombramiento al frente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana era un strike cantado.
Amén de ser eficiente en sus tareas, García Harfuch ha ganado la confianza de Sheinbaum por su lealtad, lo que le ha valido ser considerado parte muy importante del primer círculo de la doctora.
Otro nombramiento que llama la atención es el de Rosa Icela Rodríguez como titular de Gobernación, pues, aunque su nombre se había mencionado entre las posibles, al interior de la propia 4T dudaban que se concretara.
Curioso que el destino vuelva a juntar a Rosa Icela con Omar Hamid, pues en el gobierno de Claudia en la CDMX, Rodríguez fue secretaria de Gobierno, y García Harfuch de Seguridad Ciudadana; hoy ocupan los mismos cargos, pero esta vez en grandes ligas.
Es sabido que ambos mantienen excelente comunicación, por lo que la entrega-recepción en esa importante área está garantizada. De hecho, la actual titular de la SSPC logró tejer excelente relación con los militares, mientras que su relevo la ha tenido desde siempre.
Para algunos, el único pero del nombramiento en Segob es que a Rodríguez la identifican más con Andrés Manuel López Obrador que con Claudia, por lo que muchos piensan que es una de las piezas que el inquilino de Palacio Nacional dejará al futuro gobierno.
Pero Rosa Icela es conocida por su institucionalidad, incluso ya trabajó con Claudia como su segunda de abordo en la ciudad. Aunque nadie duda que si recibe una llamada desde Palenque, la atenderá, también dicen que puede ser el puente ideal.
Un nombramiento más que estaba cantado es el de Ariadna Montiel en Bienestar, pues esa área fue fundamental en la aplastante victoria de Morena en el país, y la titular también es de todas las confianzas de López Obrador.
De hecho, ella y Rosa Icela son consideradas como dos de las más cercanas al de Macuspana, aunque Ariadna también fue pieza importantísima para Claudia y, quien, incluso, la llegó a animar para que disputara la Jefatura de Gobierno.
Donde es claro que Sheinbaum tuvo que cumplir un compromiso político es en Educación, con Mario Delgado como secretario, a pesar que jamás lo ha considerado de su equipo. Pero con algo le tenía que pagar al dirigente de Morena.
Curioso que cuando Delgado era senador, por el PRD, votó a favor de la Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto, enmarcada en el Pacto por México; hoy le tocará ir contra ella.
También sería bueno recordar que no es la primera vez que Mario se hace cargo de Educación. En el gobierno de Marcelo Ebrard en el DF, le dieron esa cartera para que desde ahí se lanzara por la candidatura a jefe de Gobierno.
Incluso le inventaron el programa Prepa Sí, pero ni con ello creció, y tuvo que llegar Miguel Ángel Mancera al relevo.
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