Con la lista de los nombres de los primeros 42 candidatos de Morena a las presidencias municipales del Estado de México se confirma que, en un primer plano, la confrontación política rumbo a las elecciones del 2 de junio será de morenistas contra morenistas.
Las dirigencias tanto nacional como estatal del partido lopezobradorista, a cargo de Mario Delgado y Martha Guerrero, respectivamente, se convirtieron en protagonistas del mayor proceso de imposición de cuotas y cuates, a pesar del supuesto sello democrático del que se jacta el padre de la 4T.
Este desaseado resultado desde luego agudizará más temprano que tarde las zancadillas y confrontaciones entre la militancia del partido.
El tema de género también se lo pasaron por el arco del triunfo y demostraron abiertamente lo que siempre se ha sabido: que la equidad en las candidaturas es una farsa en los institutos políticos.
El reto será que la guerra sucia entre los mismos grupos morenistas, dada la forma en que se impusieron a quienes serán abanderados para contender por las presidencias municipales, no provoque un resquebrajamiento que ponga en riesgo el posible avance de la alianza opositora integrada por PAN, PRI y PRD.
Todavía falta conocer el resto de los bendecidos por el dedazo para las otras alcaldías mexiquenses, muchas de las cuales de enorme peso político, donde con toda seguridad se repetirá el mismo escenario adverso para Morena.
Es decir, los pleitos entre la propia "familia", pues está claro que grupos del partido comenzarán a operar contra sus correligionarios candidatos morenistas, como resultado de los mecanismos con los que están palomeando a los abanderados, dejando en el rincón de la basura los estatutos del partido. Lo bueno es que "no son iguales", al menos ese ha sido el rezo de la putrefacción disfrazada de pulcritud.
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