Aunque apenas el miércoles abandonó el PRD, pues dijo que Jesús Zambrano no le cumplió con la candidatura a jefe de Gobierno, la realidad es que Luis Espinosa Cházaro —quien artísticamente se hace llamar Cházaro— se fue porque los amarillos lo dejaron sin hueso.
Siempre estuvo claro que no iría por el gobierno, pues lo que anhelaba era el Senado. Ya se veía como senador, pero lo bajaron y entonces alegó traición, cuando en realidad le recetaron la misma medicina que él aplicó tantas veces.
Sabía que no tenía la menor oportunidad de ganar las internas en la alianza opositora, pues hasta el mismo Zambrano decía que a Cházaro no lo conocían en la capital del país, lo cual era lógico, pues jamás hizo trabajo territorial aquí.
Pero lo que el aún diputado no dice es que desde hace semanas le pidió al dirigente nacional del PRI, Alejandro Alito Moreno, la posición número uno del tricolor capital a la Cámara alta, originalmente reservada para Adrián Rubalcava, que con su salida dejó vacante.
El problema era que la posición ya la tenía la diputada Cynthia López Castro, quien, a diferencia de él, sí tiene trabajo en la ciudad y una militancia de años, por lo que Alito le dijo al hoy experredista que no había manera.
Exploró entonces la reelección en San Lázaro, pero le recordaron que, por ley, tendría que sigilarlo el mismo partido que le dio la curul —o sea el PRD—, pero como le mentó la madre a Zambrano…
Dicen que ahora busca ser plurinominal por el PRI al Congreso de la Ciudad de México, con la idea de convertirse en el próximo coordinador de la bancada en Donceles.
Hay que ver cómo le caería esto a los priistas que se la jugaron con su dirigencia estos años, pues incluso ya se había hablado que la diputada Tania Larios —muy cercana a Alito— se reelegiría en el cargo y que ella sería la coordinadora.
En su mensaje de despedida del PRD, donde estuvo 17 años haciendo trabajo burocrático, Cházaro juró que se iba muy dolido con Zambrano, y que no tenía pensado dar el brinco a otra fuerza política… como si todo mundo se lo estuviera peleando.
El queretano ya tenía decidido traicionar al PRD y unirse al PRI, pues creía tener el respaldo de Alito. Pidió el lugar originalmente reservado para Rubalcava, con quien se había aliado para boicotear la llegada del panista Santiago Taboada como candidato a jefe de Gobierno.
Aunque asegura que Alito lo rescatará, está en chino no sólo por la inconformidad que generaría entre los tricolores, sino también porque eso sería traicionar a un aliado que, por muy pequeño que sea, es parte del frente opositor.
Así la historia del digno, congruente y leal diputado Cházaro, que con tal de ser beneficiado, no le importa que pase con los demás.
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