La marcha en defensa de la democracia, convocada para el próximo 18 de febrero, ha cobrado fuerza.
Diversas organizaciones de la sociedad civil han llamado a la ciudadanía a defender el voto libre y secreto.
Una de las prioridades es su compromiso con la jornada electoral, consistente en lograr que al menos siete de cada 10 ciudadanos voten el 2 de junio.
En el caso de la Ciudad de México la movilización tendrá como centro de reunión el Zócalo.
Dentro de las demandas se encuentra que el Presidente de la República deje votar en paz.
"Que no se meta en la elección. No más propagada. No al abuso de los programas sociales.
"Que gobernadores y presidentes municipales dejen de desviar dinero público para la campaña oficialista". Ese es el clamor.
Además que en todos los medios de comunicación quede en claro que los programas sociales son un derecho; están en la Constitución y no dependen ni del Presidente ni de Morena.
Otra razón de la marcha es defender la autonomía e independencia del Instituto Nacional Electora (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial Electoral (TEPJF).
Harán pública su exigencia para que se blinde a la elección contra el dinero y amenazas del crimen organizado. "No más campañas financiadas por el narcotráfico", demandan.
Adicionalmente, buscan que las cadenas de televisión, medios públicos, diarios y estaciones de radio cubran en igualdad de condiciones las campañas.
Un reclamo persistente incluye el respeto al derecho al voto informado y razonado. Piden freno a falsas encuestas, y darle la importancia que requieren las propuestas.
Además, exigen un compromiso a la promoción, observación y defensa del voto libre.
Así es como se entiende el viaje de Xóchitl Gálvez a la Organización de Estados Americanos (OEA).
Su estrategia también radica en difundir la importancia del voto para diputados y senadores, donde el Congreso de la Unión sirva de contra peso al Presidente.
Se trata de concientizar a los mexicanos que el 2 de junio se votará por la democracia y la libertad.
Es evidente que este tipo de movilizaciones desatan la ira e inconformidad de Palacio Nacional.
Más allá del tamaño de la concentración, el domingo el grito será por la democracia y en contra del autoritarismo y el país de un solo hombre.
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