El presidente Andrés Manuel López Obrador echó a andar una maquinaria ensayada durante su época de jefe de gobierno en la Ciudad de México.
Durante su mandato al frente del gobierno capitalino configuró una estrategia que llamó "complot" en su contra.
Hace dos décadas, le funcionó porque además tenía razón. Vicente Fox buscó y logró desaforarlo, por un delito menor que con pagar 2 mil pesos de fianza libró la cárcel.
Actualmente busca hacer creer que existe una conspiración mundial para descarrilar su proyecto.
Pero hoy las cosas son diametralmente distintas. Su gobierno está manchado por el presunto financiamiento del narcotráfico a campañas de Morena.
Las denuncias de que en 2006 hubo financiamiento del crimen organizado a su campaña, ahí están.
Van dos semanas interrumpidas en donde el #narcopresidente, ha inundado las redes sociales a tal grado de permanecer como primer lugar en tendencias durante varios días.
El tema prendió las alertas en Palacio Nacional. El pasado viernes 9 de febrero llamó la atención su rostro abotagado y con el ojo derecho hinchado.
Las especulaciones fueron deporte incesante durante las siguientes horas y días, donde se cuestionó de nuevo el estado de salud del presidente.
El mandatario se salió por la tangente. Ni siquiera admitió que se tratase de una infección. Algo más parecido a "un aire", dijo.
"Se le llama en mi tierra tutupiche, pero no es nada preocupante de acuerdo al médico", contestó el mandatario desencadenando la maquinación de memes.
Sin embargo, de inmediato -predecible como es- hizo públicos los motivos que preocupan a su administración.
"No es la primera vez que enfrentamos estas campañas negras, ya llevamos tiempo", arguyó en tono de reclamo y víctima. Su característica.
Dijo que "las grandes ligas del hampa y del periodismo", han desatado una "guerra sucia" en su contra.
Para ello hizo referencia al popularizado hashtag #narcopresidente, que alcanzó 170 millones de vistas.
Pero más de la mitad "supuestamente se dieron en Argentina, Colombia y hasta en Holanda", señaló el presidente. "En México fueron 80 millones", expresó.
Es evidente que la publicación del periodista Tim Golden provocó una explosión en Palacio Nacional. "Reverendo calumniador", le respondió el mandatario, "y sus publicaciones igual".
El hecho es que ahora que le afectan "las benditas redes sociales" están "infiltradas y muy manejadas por dinero", lo que en términos llanos significan bots.
Desde la óptica obradorista, se trata de la nueva versión del complot en su contra.
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