El presidente Andrés Manuel López Obrador lo aprueban muchos, pero la mayoría no votaría de nuevo por él ni por Morena, concluye en su texto Switcher, Gabriel González-Molina.
La clave está en descifrar el futuro con base en lo que demanda el elector, en lugar de la oferta de un candidato.
Hasta el momento no hay nada para nadie, por lo que es un error hacer creer que Morena y Claudia Sheinbaum tiene ganada la elección.
Igualmente es una equivocación que, a estas alturas, Xóchitl Gálvez ya tenga ganada la competencia.
En resumidas cuentas, la elección de junio de 2024 la ganará quien articule al segmento de electores llamado switcher.
Dicho término se refiere a todos aquellos que han vivido en la orfandad política, y que nadie los representa.
No son "indecisos", tampoco "neutrales", pero siempre gravitan alrededor de dos o más opciones.
Este segmento difícilmente puede ser captado o registrado por las encuestas. Por lo tanto, está exento de slogans o frases pegajosas.
Un dato relevante del sofisticado texto, aclara la diferencia entre la aprobación del presidente López Obrador del 62% y el capital real electoral de Morena del 42%.
Es decir, que, con base en esas cifras, con un 42% le será imposible a Morena ganar la elección presidencial.
Un dato adicional y no menos importante es que 58% del electorado se encuentra alejado del presidente.
Los switchers son un sector maduro que aprecia el trabajo, la riqueza, la educación y la salud, además exige una estrategia real contra el crimen organizado.
De acuerdo al autor, los electores leales a López Obrador son el 21% del total del padrón.
Esto es menos de la mitad de los leales de marzo de 2019, su punto más alto de popularidad.
De 2018 a la fecha, los switcher proclives a AMLO son 21%, y los alejados alcanzan el 35%.
Además, el capital electoral que el presidente puede heredar a su candidata es de 42%. Se trata de un techo que difícilmente crecerá.
La buena noticia para la oposición es que tiene un techo del 58%, siempre y cuando penetre en la totalidad del segmento switchers.
Pero en contra de lo que piensa la mayoría, la polarización es la clave para conquistar esos votantes por los contrastes generados.
Ese tipo de polarización se ubica más en lo estético, incluyente y abre nuevas formas de participación con inusual fuerza en su estructura narrativa.
Las preocupaciones de los switchers, son combatir la corrupción, disminuir la violencia, más seguridad, salud y abasto de medicamentos.
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