Martín Aguilar
En su oficina, como secretario de Seguridad de México, Genaro García Luna recibió decenas de veces a altos diplomáticos, agentes del orden y funcionarios de inteligencia estadounidense, pero también otorgó audiencias por recomendación de Jonathan Alexis Weinberg, el empresario de ascendencia israelí detenido y luego liberado en España.
"La Fiscalía General de la República (FGR), con la ayuda eficiente e inmediata de la Policía Nacional de España, logró en la ciudad de Madrid la aprehensión con fines de extradición de Jonathan W, quien ha sido acusado por el Ministerio Público de la Federación (MPF) de ser uno de los principales cómplices de Genaro G, en los delitos de delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y peculado.
"Una vez que la FGR había obtenido la ficha roja internacional de Interpol y mediante la participación oportuna de las autoridades de ese país, a través de Interpol España de la Policía Nacional, el pasado 31 de diciembre se obtuvo la aprehensión de este individuo, quien se había dado a la fuga y ahora habrá de ser sometido al procedimiento legal de extradición ante las autoridades judiciales del Reino de España", reporta un comunicado de la Fiscalía del 1 de enero pasado. Tres días después Weinberg fue liberado bajo fianza.
Más de una década antes, el 17 de junio de 2011, una solicitud de audiencia de Alexis Weinberg era atendida por quien en aquel momento ejecutaba la estrategia de combate al narco y en febrero de 2023 fue declarado culpable en Estados Unidos por narcotráfico y delincuencia organizada.
La agenda del exsecretario de Seguridad forma parte de las pruebas presentadas por sus abogados el 15 de diciembre pasado ante el tribunal de Nueva York para solicitar un nuevo juicio en Nueva York.
Estos documentos dan cuenta de que aquel día de junio de 2011, Genaro García Luna recibió en su oficina de Constituyentes, en la Ciudad de México, a un ciudadano de nombre Javier A, quien recorrió el Centro de Inteligencia de la Policía Federal, el búnker inaugurado por García Luna en noviembre de 2009 en presencia del entonces presidente Felipe Calderón y al que sólo tenían acceso personajes de alto perfil en México, además de funcionarios del gobierno de Barack Obama.
El anónimo recomendado por Alexis Weimberg estuvo unas dos horas en las instalaciones de seguridad nacional. Ese día usuarios del servicio de energía eléctrica e integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se quejaban del servicio de la CFE frente las instalaciones de la Profeco y, en otro frente, vencía el emplazamiento a huelga de las aerolíneas Click y Link, filiales de Mexicana de Aviación.
No sólo al búnker de inteligencia, acceder a la oficina de Genaro García Luna en la sede de la SSP era casi imposible, sólo unos cuantos personajes allegados al exfuncionario por su rango o función pudieron hacerlo.
Tres personas podían entrar al despacho del exsecretario mediante un sistema de control de seguridad dactiloscópica: el propio García Luna, su secretario privado, Roberto Reyna, y su secretaria principal, según contó esta última en una declaración presentada al Tribunal Federal de Distrito Oriental en Nueva York.
En su testimonio, la exsecretaria explica que en la SSP había entradas públicas a las que se accedía por una garita vigilada por un guardia o a través del vestíbulo de la sede, y privadas, que estaban custodiadas por el destacamento de seguridad del propio García Luna.
En las copias de la agenda del expolicía, sólo en una ocasión aparece una cita gestionada por un personaje ajeno al destacamento de seguridad: Alexis Weinberg.
Alexis Weinberg y su padre Mauricio Samuel son empresarios de origen israelí con negocios en la industria de la ciberseguridad, a través de las empresas NICE Systems y Nunvav Inc, señaladas por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda como parte de un entramado de contratos millonarios para el desvío de recursos orquestado por García Luna.
El 22 de mayo del año pasado, la FGR giró órdenes de aprehensión contra 61 personas, entre ellas Alexis Weinberg y su padre, por presuntos delitos de peculado, operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.
A Genaro García Luna se le acusa en México de la compra y venta de software espía cuando estuvo al frente de la SSP.
En febrero del año pasado, el exsecretario de Finanzas de Coahuila, Héctor Villareal Hernández, testificó en el juicio en Nueva York contra el exsecretario de Seguridad de México al contar cómo éste le ofreció al exgobernador de la entidad, Humberto Moreira, un sistema de interceptación de teléfonos.
De acuerdo con la agenda presentada por sus abogados, García Luna recibió al entonces mandatario estatal en su oficina de Constituyentes el 25 de septiembre de 2008, donde se reunieron por más de una hora previo a un viaje del extitular de la SSP a Monterrey, donde se reunió con directivos de Cemex, Femsa y Grupo Alfa.
En febrero del año pasado, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Pablo Gómez, reveló el nombre de ocho personas y 44 empresas involucradas en la red de corrupción de García Luna, entre ellas empresas de ciberseguridad como Nunvav, Nunvav Technologies y Glac Security Consulting, Technology.
"Solamente personas autorizadas por el mismo sr. García Luna, o por personal encargado del área pertinente podía acceder a esas áreas privadas especiales", se lee en la declaración.
La exsecretaria negó, por ejemplo, conocer o haber visto en la oficina de García Luna a Francisco Cañedo Zavaleta, un exelemento de la Policía Federal quien declaró que vio al titular de la entonces SSP charlando con Arturo Beltrán Leyva y Édgar Valdez, La Barbie, sobre la carretera Tepoztlán-Cuernavaca, en Morelos.
La declarante, cuyo nombre se oculta en el documento, aseguró que ella y el destacamento de seguridad de García Luna eran quienes participaban en la creación y examen de la agenda del ex funcionario cuando estuvo al frente de la SSP.
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