La vorágine de violencia, desorden, inestabilidad, confusión e incredulidad, marca el ocaso del actual gobierno.
¿Hay algo bueno que se pueda reconocerle a la administración de Andrés Manuel López Obrador?
¿Haber fomentado los programas sociales que no son autoría del presente régimen? Y que tampoco se acabarán si Morena no triunfa en las elecciones.
¿Inaugurar obras no concluidas convertidas en elefantes blancos como el Aeropuerto Felipe Ángeles, construido en la base aérea militar de Santa Lucía?
El supuesto combate a la corrupción se convirtió en una falacia, y, por el contrario, se potenció en los primeros círculos del poder morenista.
En los hechos, el gobierno de López Obrador se insertó de facto en la "mafia del poder".
Cooptó a empresarios mediante contratos multimillonarios, y adjudicaciones directas que tarde o temprano se harán públicas.
Se alió con lo "peor del pasado" o en palabras del anticuado dirigente Dante Delgado, "la vieja política".
En sus redes sociales, discursos y mensajes, presumen a los arrepentidos priistas, oportunistas y vulgares ambiciosos que buscan mantener sus privilegios en las altas esferas del poder.
A punta de encuestas compradas, pretenden colocar a Claudia Sheinbaum como la política iluminada que México espera.
Pero la contradicción es brutal. Sheinbaum promete más de lo mismo, es decir, continuar con el régimen destructor de instituciones.
Quiere llevar la democracia al Poder Judicial, pero en Morena y la 4T prevalece la voz y decisiones de una sola persona.
Las candidaturas a cargos de elección popular, no las deciden los órganos del partido oficial, sino en Palacio Nacional.
¿Ejemplo? Omar García Harfuch, aspirante a gobernar la Ciudad de México de la mano de Sheinbaum, pese a superar casi el doble en preferencias a Clara Brugada.
Y en la capital del país, las cosas no pintan nada bien para Morena. Los jaloneos, golpes bajos, acusaciones y traiciones, les avizoran un destino incierto.
Las acciones violentas registradas en Tabasco previo a la Nochebuena, son atisbos de inestabilidad que nada bueno auguran para un año electoral.
Las muertes inexplicables de jóvenes, relacionadas por la 4T como consecuencia del aumento en el consumo de drogas, habla de un descontrol en materia de seguridad.
La supuesta transformación no es otra cosa que deterioró, pobreza, crecimiento de la violencia y narcotráfico, una galopante carestía y crisis en diversos sectores.
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