El Presidente Andrés Manuel López Obrador culpó de nuevo al "comercio de droga" por los hechos de Salvatierra, Guanajuato, donde asesinaron a 12 jóvenes el pasado fin de semana.
"Todavía no tenemos toda la información", admitió el mandatario cuando le preguntaron. "Esto lo lleva el gobierno de Guanajuato".
Pero antes se molestó por las críticas al Tren Maya, y porque el servicio de los alimentos es "carísimo". Eso le inconformó mucho más.
La falta de sensibilidad del Presidente la exhibió al no mandar ni las condolencias a los deudos de los jóvenes masacrados.
Sólo atinó a decir que se trató de un "crimen atroz", por lo que señaló que "Guanajuato requiere un trato especial".
"Es un problema –yo considero- estructural, de fondo, algo que se dejó crecer por distintas circunstancias y factores.
"Es de los estados —y no todo el estado de Guanajuato, sino esa franja— con más consumo de droga en el país", aseguró el Ejecutivo.
¿Tiene algo que ver con que la entidad es gobernada por el PAN? ¿Es responsabilidad del estado enfrentar a los grupos del crimen organizado?
Pero López Obrador fue más allá, y refirió que su insistencia siempre ha sido que se cambie al Fiscal de Guanajuato. "Lleva 13 años y tiene una fuerza política descomunal".
Dijo que ese clima de violencia se tiene que resolver. Es una "crisis social", y no se ve que haya cambios, porque siempre buscan "resolverlo con medidas coercitivas".
Incluso volvió a comparar su administración con la de Felipe Calderón: "el índice de letalidad, eran más los muertos en enfrentamientos con el Ejército y con la Marina; eran más los muertos que los heridos".
Dijo que se ríen cuando se refiere a su estrategia anticrimen de "abrazos, no balazos".
Ante ello hizo una férrea defensa de la siguiente manera: "a ver, que me diga, a ver, que se ría, cómo va a resolver el problema del consumo de droga, la pandemia del fentanilo.
"¿La va a resolver con los Robocop? ¿La va a resolver con la venta de armas a diestra y siniestra?".
El caso es que al Presidente sólo le importa lo que pase en el Tren Maya, y salir a responder a las crónicas publicadas en los medios de comunicación.
Ni un minuto de silencio, ni las condolencias envió a las familias enlutadas.
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