La Dirección General de Asuntos Internos de la Policía Auxiliar de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México mantiene abiertas varias denuncias por acoso sexual y laboral el nuevo director de esa corporación, Juan Pablo Quintero Ortega. Debido a ello, feministas exigen respeto a los derechos de las mujeres en medio de polémica administrativa.
De acuerdo a algunas de las denunciantes, ninguna denuncia ha prosperado en la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, ni en Unidad de Género de la SSC, debido a que presuntamente se vale de su cercanía con el titular de la SSC y los mandos de la institución.
Y, es que en un momento crucial para la seguridad ciudadana, la Policía Auxiliar enfrenta un profundo desafío con la salida del ex secretario de seguridad ciudadana, Omar García Harfuch.
Esta institución, aprovechando la relativa inexperiencia del actual secretario, ha nombrado a mandos de cuestionada reputación, lo que ha desatado una ola de críticas y preocupaciones.
Hoy, en un contexto en el que el feminismo nuevamente alza la voz exigiendo respeto a los derechos de la mujer, la Policía Auxiliar ha nombrado como director regional a Juan Pablo Quintero Ortega, un oficial que ha sido señalado por abusos sexuales con colegas de la institución.
Estos abusos habrían incluido presiones y chantajes, obligando a las policías a realizar acciones deplorables a cambio de mantener sus empleos en sectores en los que este oficial ha estado asignado.
Esta administración ha sido especialmente perjudicial para las mujeres en la Policía Auxiliar, ya que muchas de las que han sido nombradas para cargos de liderazgo parecen carecer de la preparación necesaria y desconocen sus responsabilidades. Algunas de ellas, según denuncias, han obtenido sus posiciones a través de relaciones sexuales con sus superiores.
Estos acontecimientos han llevado a que hoy, en la Policía Auxiliar, se encarguen de liderar y dirigir a la institución personas cuestionadas por su idoneidad y su integridad. La institución, que en los últimos años había comenzado a destacar, ahora se enfrenta a una dirección errónea y a intereses cuestionables, lo que amenaza con socavar aún más su capacidad para brindar seguridad a la ciudadanía.
Este escenario plantea interrogantes sobre la integridad y la capacidad de la Policía Auxiliar para cumplir con su misión de mantener el orden y la seguridad en la ciudad. Mientras tanto, las voces feministas continúan exigiendo justicia y respeto a los derechos de las mujeres en un contexto en el que la institución encargada de protegerlas parece estar en crisis.
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