Durante los casi cinco años de su gobierno, no ha podido resolver los problemas que más afectan a la sociedad.
Por ejemplo, siete de cada 10 personas consideran que en el gobierno de Morena hay corrupción.
Según el reporte de agosto de México Elige, el 69.8% de los encuestados tiene la percepción de que hay corrupción en la administración obradorista.
Pero cuando la pregunta se refiere directo al Presidente, la percepción de que es "muy corrupto" o "algo corrupto", es del 43.5%.
En el rubro de que es "poco corrupto", la cifra asciende a 46.4%. Aunque la suma de las tres situaciones mencionadas, acumula un 89.9%.
Es decir que prácticamente toda la población tiene dudas acerca de la honestidad de López Obrador y sus colaboradores.
Ana Gabriela Guevara, responsable del Deporte, es la funcionaria que alcanza el tope de la corrupción con el 69.3%.
Le sigue Manuel Bartlett, con 60.6%; Alejandro Gertz, con 53.4%; Hugo López Gatell, con 53.4%, Luis Crescencio Sandoval, con 50.0% y Leticia Ramírez con 49.3%.
Esos son algunos ejemplos en cifras del porcentaje de percepción de corrupción entre los cercanos al titular del Poder Ejecutivo.
De hecho la confianza en la Presidencia de la República (56.6%), está muy por debajo del INEGI (67.9%), Marina (66.0%), Universidades (65.1%), Banco de México (61.9%) y Ejército (60%).
Según la consultoría, López Obrador tiene una aprobación del 55.1%, muy lejos del 70% que presume en sus conferencias mañaneras.
Si esos datos se trasladan al terreno de la calificación, el Presidente tiene un 52.4%, 2.2% menos que el mes anterior, cuando registró 54.4%.
Del lado opuesto, 41.6% califica como "pésima" la evaluación de López Obrador; 3.3% como "mala" y 2.9% como "regular".
Lo anterior son datos reales; no se trata de información divulgada sin rigor metodológico.
Todo eso es lo que pretende ocultar el presidente, y sólo se trata de un tema consistente en el problema de la corrupción, así como la confianza.
El hecho es demoledor para el gobierno que al poco tiempo de haber iniciado sacó la bandera blanca de erradicación de la corrupción.
El Presidente presume una y otra vez que no son iguales a los anteriores. El vox populi, lo admite: no son iguales, son peores.
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