Y es que la semana pasada, el líder nacional de Morena fue citado en Palacio Nacional para revisar cómo va el proceso de las corcholatas, que está muy cerca de culminar.
En la plática, Delgado aprovechó para comentarle al Presidente sobre el programa de credencialización en la Ciudad de México, lo que le daría oportunidad de recorrer las 16 alcaldías y tentar un poco el terreno.
Y Andrés Manuel López Obrador, que para la grilla se pinta solo, captó de volada que lo que Mario le quería decir, era que una vez pasada la elección de la corcholata ganadora, analizaría la viabilidad de lanzarse por la capital.
Quienes conocieron de esa reunión, cuentan que el Presidente frenó de inmediato a Mario, y le recordó que su compromiso es quedarse al frente de Morena hasta que concluyan las elecciones del próximo año, por lo que no debería estar pensando en otras cosas.
Y es que el dirigente morenista llevaba ya algunas semanas asegurando que iría por la Jefatura de Gobierno —aspiración que, por cierto, se le ha negado en los dos sexenios anteriores—, y que creía que esta sería la buena.
Algunos le creyeron, pues daban por hecho que tenía la bendición presidencial para intentarlo, y claro que nadie se atrevería a preguntarle al inquilino de Palacio Nacional, a pesar de que todos sabían de su compromiso de no ser candidato a nada hasta después de 2024.
Hubiera sido la tercera ocasión en que Delgado buscaba el Gobierno de la CDMX, pues la primera vez que lo intentó, fue desplazado por Miguel Ángel Mancera en 2012. Seis años después, perdió la encuesta interna contra Claudia Sheinbaum.
Quizá el morenista pensó que López Obrador acostumbra a compensar a sus aliados que pierden una elección —ya sea interna o en las urnas—, como a la mexiquense Delfina Gómez y al oaxaqueño Salomón Jara, a quienes los volvió a postular y ganaron.
La cosa es que a Delgado nunca lo ha postulado el tabasqueño, por lo que no estaría en deuda con él. En esa lógica, a quien el Presidente tendría que darle chance en la CDMX es a Ricardo Monreal.
Todo mundo recuerda que en 2017 el zacatecano ganó de la encuesta —dicho hace poco por el propio Adán Augusto López—, pero López Obrador se la dio a Claudia, enviando a Monreal hasta el cuarto lugar, abajo incluso de Martí Batres y del propio Mario.
Por eso más de uno cree que el exlíder del Senado será la ficha de Morena en la capital.
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