Luego de que Claudia Sheinbaum advirtiera a los alcaldes morenistas de la CDMX que ninguno de ellos pondría a su sucesor sin que ella se los apruebe, en los territorios guindas de la capital se han soltado el pelo varios gobernantes.
Donde más ruido se está haciendo es en GAM, ya que el alcalde Francisco Chíguil dijo a su equipo que por nada del mundo permitirá que Arnulfo Cravioto, quien llegó al Senado como suplente de Martí Batres, sea el próximo alcalde.
Y es que Cravioto ha aumentado su activismo en esa demarcación, donde acaba de declarar que "si la gente lo pide", no tendría ningún inconveniente en lanzarse como candidato.
Independientemente de que la gente no lo va a pedir, Chíguil ya lo vetó. El alcalde quisiera dejar el puesto a su esposa, Beatriz Rojas, pero ya le dijeron que ni lo sueñe. Si bien no podrá imponer a nadie, sí podría hacer campaña de brazos caídos y pactar la alcaldía para otra fuerza.
Desde hace muchas lunas, Martí le ha echado ojo a Benito Juárez, Álvaro Obregón y GAM. Cree que en esta última puede tener posibilidades de hacerse del segundo territorio con más votantes en la CDMX, después de Iztapalapa.
Y hablando de los iztapalapenses, quien ya se siente alcaldesa es Martha Ávila, otra que llegó a Donceles como suplente y ahora es la coordinadora de la bancada morenista. Entre los jerarcas del partido no ha gustado la soberbia con que se maneja y la pueden vetar también.
Como tampoco ha gustado que Armando Quintero esté aferrado a que su cuñado, Paco Sánchez, a quien ha querido incluir por todos los medios en las encuestas, sea el candidato a sucederlo. Lo malo para el alcalde es que su cuñis no levanta y en todas las mediciones aparece en último lugar.
Quizás alguien debería decirle a Quintero que en el Antiguo Ayuntamiento tienen encuestas en las que no sale nada favorecido y que, además de Daniel Ordóñez, quien puntea para ser el candidato de la alianza opositora, está surgiendo otro nombre.
En las encuestas internas de Morena sale con buenos números el exdiputado Pablo Trejo, que ni siquiera ha levantado la mano. Pero si se entera que su nombre está muy bien evaluado en ese territorio, a lo mejor decide entrar a la pelea.
Si Quintero conoce esos números, igual y busca un acuerdo con Trejo para conservar el territorio a través de él porque, en una de ésas, la oposición se pone lista y lo adopta; el alcalde se las podría ver muy negras.
Es de llamar la atención que un personaje que no ha manifestado su interés por participar… hasta el momento, salga tan bien ubicado en las internas morenistas. Las casas encuestadoras lo podrían empezar a medir.
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