Fue de los pocos que con razón y valor enfrentó el omnímodo poder de presidentes, incluido el actual al que ayudó a triunfar.
Presidió el PRI y PRD; le faltó Morena, pero estuvo a punto de lograrlo.
En el partido guinda pudo más el dinero de recursos públicos para ayudar al triunfo de Mario Delgado.
Muñoz Ledo fue diputado por Morena y presidente de la Cámara de Diputados, lo que le permitió colocar la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador.
Pero al cerrarle las puertas para presidir Morena e impedirle su reelección, optó por sacar de su corazón al partido del actual régimen.
Y más temprano que tarde, denunció lo que es vox populi, pero siempre lo niega López Obrador y sus huestes.
Hace un año, durante su participación en la plenaria de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (Copppal), acusó nexos entre el Presidente y el narco.
En ese entonces dijo que el mandatario se vería impedido en heredar al siguiente gobierno la "alianza" con el crimen organizado.
"Hay un paquete de poder y ese paquete de poder es una alianza entre el narco y el gobierno", reveló Muñoz Ledo.
Y lanzó un llamado para que López Obrador "entienda que su contubernio o alianza con el narco no es heredable".
"Porque éstos –advirtió- como lo han hecho siempre y en todas partes, en todas las plazas políticas, se entienden con el que va a llegar, ya no va a necesitar el narco del presidente.
"Ese es el tema moral, un tema de análisis político. Va a prescindir del presidente y habrá el peligro de que exija más a los nuevos actores", reveló el aún lúcido pensador.
Incluso, aseguró que la "transición democrática" de la 4T sólo duró tres años. Lo que ha iniciado, dijo, es una "reversión autoritaria".
En ello, alertó, tiene participación un nuevo integrante: el crimen organizado, al cual Porfirio calificó como "un nuevo rey de la selva".
Tal vez por eso y otras razones, el pasado 1 de julio López Obrador rechazó que en México exista un "narcoestado".
Ese contexto se refuerza con la política de "abrazos, no balazos", sus constantes visitas a Sinaloa, el saludo a la madre de "El Chapo" y la liberación de Ovidio, hijo del tristemente célebre capo.
Esa es la cultura que ha permeado: la alianza del crimen organizado con la 4T, el partido en el poder y el presidente.
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