La reelección de Ernestina Godoy en la Fiscalía de Justicia de la CDMX será clave para que Morena intente retener la capital del país en 2024, pues ante el crecimiento de la oposición, el gobierno necesita judicializar la elección.
Tras cuatro años de servir a los intereses políticos de la 4-T, Godoy concluye en enero su encargo y, de acuerdo con la Constitución Política de la capital, tiene derecho a buscar su reelección.
La importancia de que esta funcionaria se pudiera quedar otros cuatro años radica en tres cosas fundamentales: proteger a los morenistas en caso de que pierdan la CDMX; presionar con carpetas a los opositores para desactivarlos, y ser un dique para el nuevo gobierno.
Por eso las llamadas que Ernestina hace personalmente a diputados de todas las fracciones, pidiéndoles sus votos para cuando el Congreso capitalino tome la decisión de ratificarla o no.
En todas las bancadas –incluyendo la de casa– los diputados tienen pendientes que se les podrían activar en caso de que no apoyen la reelección; o sea, algo así como: "coopelan o cuello".
Familiares de diputados priistas tienen procesos abiertos y los mantienen así para presionar a esa fracción. Pero no sólo diputados, hay alcaldes tricolores amenazados con carpetas judiciales para que no jalen con la oposición.
En el PAN ni se diga, no solamente metieron a la cárcel a su excoordinador en Donceles, Christian von Roehrich, sino a una de sus hermanas y a varios exfuncionarios de la Benito Juárez; incluso, intimidan a una hermana de Jorge Romero, líder azul en San Lázaro.
Del PRD incluso ficharon a Jorge Gaviño, que se declaró claudista, tras conformar un Consejo Asesor del Metro, organismo que dirigió en la pasada administración, por el cual lo querían involucrar en las tragedias del sistema.
No se salvan los morenistas, pues, aunque se sabe que no todos simpatizan con Ernestina, igual los tiene apretados, para que no se salgan del huacal.
En síntesis, diputados, alcaldes y exalcaldes tienen cola que les pisen y, si sus partidos no votan por Godoy, a lo mejor se reactivan sus carpetas. Pero, si lo hacen, se condenarían a otros cuatro años con un revólver en la sien, y dejarían al futuro gobierno una piedra en el zapato.
Todo el mundo sabe que las áreas de Seguridad y Justicia son claves para la gobernabilidad de una administración, y si el gobernante tiene una de ellas en contra, fracasará.
Si bien Godoy los puede tener amenazados, también es cierto que desde septiembre la agenda será completamente electoral, y que, si la fiscal no es reelecta y deja un encargado, éste no tendría la fuerza para reactivar carpetas sin que parecieran ataques políticos.
Y que, si de casualidad prosperara alguna, sería cuestión de tiempo para desactivarla y cobrar revancha. La decisión está en los diputados de oposición: o se la juegan y vetan a Ernestina para debilitar a la 4T, o quedan otros cuatro años bajo su yugo, aunque ganen.
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