Ahora se sabe que la salida de Gonzalo Espina del PAN para unirse al proyecto de Claudia Sheinbaum fue porque no quería ir a la cárcel como le paso a Christian Von Roerich, ya que uno de los amigos más cercanos e involucrados en el cartel inmobiliario y para no dar sospecha ni motivo, prefiero estar bajo el cobijo de la ex jefa de gobierno.
Tampoco le auguran futuro en la 4T, pues elementos con más blasones que él han dado el brinco y los han dejado colgados de la brocha, como la exdelegada del PAN en Miguel Hidalgo, Gabriela Cuevas, quien en 2018 se fue a Morena; hoy anda perdida.
Pero el sorpresivo salto de Espina, quien durante años fue de los más acérrimos críticos de Morena, y en especial de Sheinbaum, debe leerse también como parte de una estrategia mayor de la 4T, que es la reelección de Ernestina Godoy como fiscal de la CDMX.
Los morenistas no juntan la mayoría calificada en el Congreso capitalino para ratificar a Ernestina, y al parecer han comenzado a utilizar la estrategia del goteo; es decir, jalar uno a uno a diputados de otras fracciones con ofertas de chamba… o de impunidad.
En la actualidad, incluyendo a sus rémoras, Morena cuenta con 35 votos y le hacen falta nueve para llegar a la meta, que es de 44. Se habló mucho que le torcerían la mano al PRI para sumar sus ocho plazas, pero aún así se quedarían a uno.
Hace unas semanas el vicecoordinador del PRD, Jorge Gaviño, se decantó por Sheinbaum, pero aclaró que no dejaría el sol azteca, y mucho menos se iría a Morena. Todo indica que la 4T operó para sumar a Espina y completar la cuota para la ratificación de Godoy.
Y eso le daría al PAN donde más le duele, pues los suspiritos azules han declarado como su enemiga pública número —bueno, en realidad la dos— a la fiscal; en primer lugar está Claudia.
Si ése fuera el escenario, la traición de Espina sería mayúscula, pues le estaría garantizando a los morenistas, sin importar si ganan la ciudad en 2024, cuatro años más de persecución judicial en contra del PAN, y de impunidad para el actual equipo gobernante.
Casualmente, el anuncio se da justo en el momento en que los diputados capitalinos discuten la integración del Consejo Judicial Ciudadano, organismo que calificará las propuestas de los candidatos, y que puede recomendar incluso que se ratifique a Ernestina.
Será entonces cuando el pleno sesione para ratificar o rechazar la propuesta, y nadie del oficialismo se puede ausentar, debido a que los votos estarían apenas justos y una falla echaría a perder el plan.
El tema se pondrá muy candente, pues se sabe que en el PRI no todos jalarían y que, incluso, entre la bancada del oficialismo tampoco todos simpatizan con Godoy, quien, por cierto, ha hecho un desastroso papel como la primera fiscal autónoma de la CDMX.
Si no se convoca a un periodo extraordinario para discutir su nominación, la votación tendría lugar hasta el segundo periodo ordinario, que será en septiembre, y para entonces ya se sabrá quién es la corcholata ganadora para buscar la Presidencia de la República.
Si es Claudia, Ernestina amarra la reelección; si no…
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