La especulación sobre la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en un deporte nacional.
Pero todo ello abona a la incertidumbre; genera inquietud e inestabilidad política, derivado de la nula comunicación oficial.
Las diversas versiones que motivaron el regreso del presidente de Mérida a la Ciudad de México dieron pauta a todo tipo de comentarios.
El propio vocero Jesús Ramírez, desconoce que los vacíos informativos son caldo de cultivo para la habladuría potenciada al máximo en redes sociales.
De hecho, el suplente en la conferencia del mandatario, el secretario de Gobernación, Adán Augusto no abundó en detalles de la salud del Ejecutivo.
Más bien ahondó las dudas. No se salió del guión del contagio de Covid. Del infartó dijo que es mentira.
"Las especulaciones son producto de la malquerencia de algunos", dijo quien aseguró que el supuesto "desvanecimiento" también fue mentira.
"No, no hay nada de eso. Eso quisieran, pero (el presidente) goza de cabal salud, él mismo lo dijo ayer, está al 100 por ciento en cuanto a su salud cardiaca", apuntó el titular de Gobernación.
Las dudas son las siguientes: ¿Por qué no presentó ayer un informe médico de la salud del presidente? ¿Por qué esperar hasta hoy?
¿Por qué dijo que festejaría a distancia el cumpleaños de su hijo menor, cuando no tenía considerado adelantar su regreso forzado?
¿Por qué no permite que su vocero haga su trabajo en situaciones de emergencia como la presentada?
¿Por qué no acudió a la mañanera el secretario de Salud, Jorge Alcocer o Hugo López Gatell, el fracasado zar anti Covid?
¿Por qué no se ha difundido un vídeo como los que acostumbra para mandar sus mensajes o al menos una fotografía?
Todas esas dudas generan otras. El Artículo 85 de la Constitución permite que el presidente se pueda ausentar 60 días del cargo. ¿Por qué no pide licencia para que se recupere?
El Artículo 84 dice que a falta absoluta del presidente, el Congreso de la Unión erigido en Colegio Electoral nombrará al mandatario sustituto.
En ambos escenarios asumiría el cargo temporalmente el secretario de Gobernación por un plazo máximo de 60 días.
Bajo esa tesitura se explica que Adán Augusto sea su suplente en la mañanera. ¿También está contemplado en el testamento político que López Obrador anunció en enero de 2022?
Lo que queda claro es que el titular de Gobernación suplirá al presidente estos días. ¿Lo hará definitivamente? Está hecho a su semejanza.
Como sea, eso desatará una lucha encarnizada por el poder dentro de Morena, máxime cuando la batalla por el 2024 está al máximo.
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