De enero a febrero, el kilo de tortilla subió un 4%, informó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) al destacar que antes de la pandemia de Covid-19 (2020), el kilo de tortilla se vendía en 10.30 pesos, lo que significa que hoy triplica ese valor.
Al realizar un monitoreo del precio de la tortilla en los distintos estados del país, el organismo comercial informó que la tortilla registra un sorpresivo encarecimiento al igual que el huevo.
En el caso del huevo, el precio promedio nacional pasó de 37 pesos el kilo a rondar los 60 pesos en menos de quince días, informó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC al advertir que ahora la tortilla observa el mismo comportamiento.
Informó que este alimento básico en la dieta de los mexicanos sigue a la alza y en el último mes ha incrementado su costo en 4%, siendo Guerrero (30 pesos), Colima (28 pesos), Tamaulipas (27 pesos), Veracruz, Nayarit, Morelos, Jalisco (26 pesos) y Nuevo León (25 pesos) las entidades que tristemente lideran con los precios más altos del kilo de tortilla en el último mes.
En la Ciudad de México y seis estados más, el kilo de tortilla cuesta 22 pesos; mientras que en el Estado de México e Hidalgo oscila en los 20 pesos.
"Esto demuestra y confirma que aún no se tiene una recuperación económica sólida. El encarecimiento de la tortilla, alimento toral en la dieta de los mexicanos, es igual o más doloroso que el del huevo. Sobra decir que nuestro pueblo tiene la cultura del consumo de maíz, por ello se puede afirmar como sentencia la máxima que 'sin maíz no hay país'", comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.
Recordó que el kilo de tortilla antes de Covid encontraba su precio entre los 10.30 pesos y los 10.70 pesos, por lo que actualmente ya se triplica el precio que se tenía antes de la pandemia.
Este encarecimiento es un fuerte golpe a la ya muy deteriorada economía de las familias mexicanas, pues para ningún hogar es opción dejar de comer tortilla.
Cuauhtémoc Rivera señaló que el bajo poder de compra de la población ya deja sentir sus efectos en el comercio al mayoreo y al menudeo que cerraron el año 2022 con número rojos al registrar retrocesos de 1.3 y 1.5%, respectivamente.
Explicó que la inflación ha orillado a la mayoría de las familias a restringir o bajar la calidad de su consumo, por lo que 50 millones de mexicanos no tienen el poder de compra para adquirir los alimentos de la canasta básica y sobreviven por debajo de la línea del bienestar.
Destacó que el 38.5% de la población nacional vive una situación de pobreza laboral, sufren la precarización de su fuerza de trabajo que antes de la pandemia se pagaba de mejor manera que ahora. Los trabajos mal pagados se han incrementado y se concentran en dos tercios del territorio nacional.
"Seguimos lejos de concretar la reactivación y recuperación económica que nos lleve a donde nos encontrábamos antes de Covid. Entonces, en tanto la inflación alimentaria siga siendo el foco rojo del consumo de los mexicanos, no podemos echar campanas al vuelo ni festejar nada, no tenemos nada que nos anime. Tal vez a la macroeconomía le empieza a ir mejor, pero a la microeconomía aún no y no hay signos de mejora a la vista", indicó Rivera.
El ingreso de la mayoría de las familias, apuntó, solo alcanza para cubrir la comida, que cada vez está más cara, y el pago de recibos de servicios básicos, que mes con mes llega más altos, por lo que los gastos en salud, educación, transporte, vestido, calzado y esparcimiento han pasado a un segundo plano.
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