La resaca de la aprobación del "Plan B" del Presidente Andrés Manuel López Obrador, cobró su primera factura.
¿En qué sentido? El mandatario no compartió la postura de los 69 senadores de Morena y aliados que aprobaron la "cláusula de vida eterna" para PT y PVEM.
Primero felicitó a los 69 que comparten su ideología, y a los 53 que votaron en contra, los rubricó así: "la única doctrina de la derecha es la hipocresía".
Sin embargo, no cuestionó que Morena avalara vida artificial a sus aliados para transferirles votos si no alcanzan el registro.
López Obrador fue arrinconado por quien le preguntó sobre el tema. No tuvo otra que justificarse con el dicho de que no es "cacique".
Dijo que si en la Cámara de Diputados no corrigen el hecho, estaría en la posibilidad de vetar la reforma calificada como "Plan B".
"Aunque se invalide todo. Por encima de los principios nada", dijo el político de Tabasco.
¿Y entonces para qué tanta presión a sus legisladores? ¿Por qué tanta crítica a la oposición? ¿Por qué tanta falta de respeto a los legisladores?
Por ejemplo, a la senadora del PAN, Xóchitl Gálvez, quien llegó antier con un atuendo de dinosaurio, la llamó "cínica".
Al senador Emilio Álvarez Icaza, quien llegó al cargo con las siglas del PRD y después se volvió independiente, lo calificó de "hipócrita".
"Cuando estaba en derechos humanos, siempre vinculado al conservadurismo, al panismo, y estábamos nosotros protestando por el fraude electoral, condenó nuestra manifestación". Rencor al rojo vivo.
Ese es el estilo del Presidente, fiel a la contradicción, a la denostación y descalificación de los opositores.
De entrada, también redujo su triunfo al mínimo. "Es una reforma acotada, limitada, para no violar la Constitución". Es un proyecto cojo. Así se entendió.
Lo es en los hechos. En días pasados festinó lo aprobado porque se estarían ahorrando 3 mil 500 millones de pesos del presupuesto del INE.
Nada comparado con el innecesario gasto de la "marcha del ego", que según estimaciones rondó entre los mil 500 y mil 800 millones de pesos.
O los tres magnos proyectos del Presidente que le han costado al erario 700 mil millones de pesos. Un potencial derroche plagado de actos de corrupción.
O el riesgo de multas de 15 mil millones de dólares a México por incumplir el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá.
¿Y qué decir del endeudamiento por mil millones de pesos tan sólo para el próximo 2023?
¿Cómo se entiende lo sucedido estos días? ¿Triunfo o derrota?
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