Rebeca Marín
En los últimos nueve años, las denuncias de la Comisión Federal de Electricidad por robo de cable vienen a la baja, pues mientras en 2014 se registraron mil 877, el año pasado fueron 216, de acuerdo con datos de la Plataforma Nacional de Transparencia. Entre 2012 y 2013, las denuncias por robo de cable se dispararon, al pasar de 895 a mil 626 (un incremento de 81 por ciento), para luego subir a mil 877 en 2014, el año con más reportes ante la autoridad en la última década.
Desde entonces, las denuncias de la CFE por este delito vinieron a la baja. Primero, en 2015 se registraron 774, una disminución de 52 por ciento, para que en los siguientes años siguiera la misma tendencia hasta llegar a las 216 del año 2021.
De acuerdo con información de la CFE, entre 2006 y 2021 el cable robado a su infraestructura suma los cuatro millones 608 mil 915 metros lineales. La distancia en kilómetros de la que ha sido despojada la CFE para el suministro de energía eléctrica a la población, equivale a ir de la Ciudad de México a Canadá, o bien desde la zona de Tijuana, Baja California, a Cancún, Quintana Roo, esto se traduce en partir de un extremo del país hasta llegar al otro lado de sus límites.
El robo de cable de cobre es un delito del que no ha quedado exenta ninguna entidad del país, ocurre en la Ciudad de México, lo mismo que en Querétaro, Tamaulipas, Durango o cualquiera otra, al ser un negocio ilícito que genera ganancias económicas expeditas.
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