Los demócratas de ayer, hoy son los autoritarios, descuartizadores de instituciones y organismos autónomos.
Por años lucharon y exigieron instituciones fuertes y autónomas, independientes –en cierta forma- de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Pero hoy que están en el poder, se han convertido en sus principales destructores, con el objetivo de controlar y dominar todas las esferas del poder.
De hecho, crearon un partido que se quedó estancado en movimiento político, puesto que ha puesto en marcha un ilegal proselitismo desde el poder.
Han dividido a Morena en facciones irreconciliables y grupúsculos que se disputan el poder mediante traiciones, insidias, acusaciones y golpes bajos.
Al Presidente López Obrador, lo encumbró un demócrata. Aunque parezca increíble, el Presidente neoliberal Ernesto Zedillo.
Durante una visita a Zacatecas y en reunión con reporteros, Nilda Patricia Velasco, su esposa, presumió que Zedillo era un "demócrata".
La apertura democrática en México inició su plenitud precisamente durante el régimen zedillista, cuando las prerrogativas a los partidos políticos se fueron a las nubes.
En 1997 se concretó la reforma política más ambiciosa de la historia y que llevó al poder a Cuauhtémoc Cárdenas como jefe de gobierno.
Zedillo siempre tuvo en mente acabar con el dominio de un solo partido. Por ello, también le abrió las puertas a López Obrador para la jefatura de gobierno, pese a incumplir los requisitos de residencia.
En el 2000 Zedillo se confirmó como el demócrata que definió su esposa Nilda Patricia, en aquella reunión de Zacatecas.
Antes de las 10 de la noche del día de las elecciones de ese año, Zedillo ofreció un mensaje en cadena nacional donde reconoció el triunfo de Vicente Fox, el primer panista Presidente.
¿Quién es entonces el demócrata? Hoy López Obrador no puede ver ni en pintura a la oposición, incluido el PRI que por intermediación de Zedillo le allanó el camino al poder.
Lejos quedó López Obrador del estadista por el que votaron 30 millones de mexicanos en 2018.
Su estrategia como enemigo y un peligro para México la puso en marcha al desmantelar las instituciones y organismos autónomos que le hacían contrapeso.
Por ejemplo, el Seguro Popular creado por Julio Frenk Mora, el secretario de Salud de Vicente Fox, fue sustituido por el Insabi, que resultó en un monumental fracaso.
La catástrofe en el sistema de salud, se reflejó en el exceso de mortalidad durante la pandemia que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó 626 mil muertos.
Ese es solo un ejemplo del ataque a las instituciones. Las baterías de la 4T están enfocadas a debilitar al INE, previa escala en el Instituto Electoral de la Ciudad de México.
¿Acaso no hay responsables? ¿Quién pagará por tan atroz actuación? Hay denuncias en México y a nivel internacional. Tarde o temprano habrá justicia.
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