Parecería que el gobierno federal estuviera en el quinto sueño, ya que desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador reeditó la tradición de los "destapes", su gobierno está en campaña.
Hay una frenética y sistemática violación a las leyes por los tiempos adelantados y la promoción personalizada de políticos interesados en 2024.
Las casas encuestadoras también adelantaron pronósticos; señalan preferencias, posicionamientos y niveles de aceptación de los partidos políticos.
En los hechos, significa que el gobierno de López Obrador prácticamente fue de tres años.
Se la ha pasado en realizar campañas y consultas; el tiempo que le resta es el que gobierna.
Su estilo ha sido replicado al pie de la letra por sus más avanzados sucesores: Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.
Ambos políticos han convertido los eventos proselitistas de los candidatos a gobernadores, en mítines de respaldo a sus aspiraciones.
"Presidenta", le gritan aquí y allá a la jefa de gobierno; "presidente", exaltan al canciller.
Podrían argumentar que es fin de semana, pero es claro que ambos están en plena campaña.
¿Y a todo esto, qué dicen las autoridades electorales? ¿Hay posibilidades de ponerles un alto?
Oficialmente el proceso electoral 2024 inicia en septiembre de 2023. Pero a estas alturas de 2022 pareciera que arrancaron las campañas.
Cada uno de los más avanzados aspirantes de López Obrador ha creado grupos que los promueven abiertamente.
De eso hay registro. Por ejemplo, los operadores de Sheinbaum se han reunido a puerta cerrada en el Museo de la Ciudad de México.
Los encuentros de apoyo al canciller, han sido más notables, sobre todo, desde que contó con el visto bueno del presidente.
Precisamente, este domingo se creó la tribu morenista "Consorcio 4T México", encabezada por la bejaranista Leticia Quezada Contreras.
Al encuentro invitaron a Sheinbaum y a Marcelo, aunque se sabe que el grupo apoya a Sheinbaum y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
Son tiempos de campaña. De eso no hay duda, aunque aún no se celebren las elecciones de este año para renovar seis gubernaturas.
El resultado de esos comicios marcará la pauta a seguir ante la urgencia de López Obrador por terminar su sexenio.
Por lo pronto, la temporada política no es otra cosa que una permanente campaña electoral gubernamental.
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