Pobladores de San Miguel Topilejo acudieron al edificio de la Alcaldía de Tlalpan para denunciar ante la alcaldesa Patricia Aceves y comandantes del sector Topilejo, diversas irregularidades cometidas por elementos de la SSC durante la movilización de la tarde del pasado miércoles 4 de mayo. En un recorrido por el periódico La Prensa se pudieron constatar al menos cinco historias de la brutalidad policiaca.
Sonaba el timbre de la Escuela Primaria Ateneo de la Juventud, era la hora de la salida de los estudiantes, cuando un niño de 14 años de edad se dirigía a recoger a sus hermanas- En su caminar se encontró con una oleada de uniformados capitalinos quienes lo sometieron contra el piso, un oficial lo amenazó y le puso su bota sobre su rostro, enseguida fue trasladado a la estación de Policía Topilejo con al menos quince personas más; ahí los agentes que deberían de velar por la seguridad continuaron con las agresiones contra los civiles retenidos.
Familiares del menor relataron que en las galeras, un oficial, el cual no portaba insignia, le preguntó su nombre y edad, al enterarse que era un menor de edad, lo dejó en libertad sin antes tratar de ocultar con hielo y pomada las heridas evidentes en su rostro.
Asustado regresó a su casa, donde lo esperaba su tía, la cual habría estado buscando por al menos tres horas por todo el pueblo. Notó que su sobrino tenía la ropa sucia y una marca en forma de suela de bota en el rostro del lado izquierdo, por lo que inmediatamente fue llevado al hospital para su valoración médica.
"Tengo mucho miedo de salir, me dijeron que regresarían por mi si hablaba" comento la familiar del niño en entrevista para el periódico La Prensa.
El infante aún continúa internado en el hospital Xoco, en donde le diagnosticaron fractura del oído en el lado izquierdo.
Un segundo percance entre un habitante y elementos de antimotines se registró contra un automovilista de nombre Daniel "B" que se dirigía a la casa de su madre en la calle Progreso, cuando los oficiales lo bajaron de su carro y comenzaron a golpearlo, a su vez empezaron a quebrar los parabrisas y retrovisores.
Al llegar a su casa con el número 1 de dicha vialidad, encontró que a su madre también la habían agredido, entrando a su domicilio y tirando su puesto de golosinas que tenía en su patio. El hombre presentó varias heridas en el cráneo, por lo que tuvieron que realizarle siete puntadas para cerrar la abertura y posteriormente realizar su denuncia ante el ministerio público local.
Durante el recorrido se podían observar varias viviendas con sus ventanas rotas y puertas quebrajadas, tal fue el caso de dos familias que vivieron momentos de angustia por ver cómo la autoridad policiaca ingresaba a sus hogares sin previa autorización, con la excusa de buscar a unos presuntos delincuentes que habían agredido a policías minutos antes
En el número 12 de la calle Independencia, ahí se encontraba Lizbeth Linares, una mujer que tiene ocho meses de embarazo, cuando al menos una veintena de granaderos masculinos ingresaron por la fuerza hasta su habitación golpeándola en el estómago, rompieron con una piedra su ventana y con patadas quebraron la puerta de madera donde ella se encontraba; tras el incidente ella permanece delicada y en observación médica por un posible intento de aborto.
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