Rebeca Marín
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron ayer la intención de suspender a bancos rusos del mecanismo financiero Swift (siglas en inglés de la Sociedad Mundial de Telecomunicación Financiera Interbancaria) y de paralizar los activos internacionales del Banco Central de Rusia, como parte de la batería de medidas económicas de respuesta contra el Kremlin más duras desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania.
Con la exclusión de "ciertos bancos escogidos" del Swift, se suman medidas adicionales contra "el despliegue de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia", así como la prohibición a los "oligarcas rusos" para hacer operaciones en los mercados occidentales, además de bloquear sus procesos de ciudadanía en función de sus inversiones en el extranjero, los llamados "pasaportes dorados".
"Rusia se ha convertido en un paria económico y financiero mundial, y ahora su banco central no puede apoyar al rublo", afirmó un alto funcionario anónimo de Washington.
"Sólo Putin puede decidir cuánto costo adicional está dispuesto a asumir", dijo, y añadió que un grupo de trabajo "perseguirá los yates, jets, coches y casas de lujo" de los oligarcas rusos.
Alemania se dijo dispuesta a aceptar una limitación "focalizada y funcional" del acceso de Rusia al sistema de conexión interbancaria Swift, en represalia por la invasión de Ucrania.
"Estamos trabajando en la manera de limitar los daños colaterales de una exclusión (de Rusia) del sistema Swift, a fin de que (la medida) afecte a las personas que corresponda", dijeron en un comunicado conjunto la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, y su par de Economía, Robert Habeck. Alemania y Hungría manifestaron temor de aplicar esta sanción a Rusia por miedo a que se afectara su suministro de gas a Europa.
Según el sitio web de la asociación nacional rusa Rosswift, Rusia es el segundo país después de Estados Unidos en número de usuarios de este sistema, con unos 300 bancos e instituciones miembros.
Concretamente, este sistema permite, por ejemplo, a un país como Alemania pagar electrónicamente sus compras de gas ruso.
Este temor no es compartido por Estados Unidos, Reino Unido, Europa y Canadá, que se se comprometieron desde ayer a retirar a algunos bancos rusos del sistema de pagos Swift, desplegando lo que el ministerio de Economía francés calificó de "arma nuclear financiera" por el daño que causaría a Rusia y a sus socios.
Los bancos rusos hacen transacciones por 46 mil millones de dólares a diario, 80 por ciento de ellas en dólares, de acuerdo con el Departamento del Tesoro; al expulsar a Moscú del Swift, ya no podrá llevar a cabo transacciones con instituciones japonesas o europeas a través de bancos estadunidenses.
Aun así, sus negocios con los países BRICS, que son Brasil, India, China y Sudáfrica, no se verán afectados.
Según uno de los principales expertos en monedas digitales de Alemania, Philipp Sandner, economista de la Frankfurt School of Finance & Management, al menos teóricamente, Rusia tiene dos alternativas a Swift en el campo de las monedas digitales. Por un lado, Rusia podría pasarse a las criptodivisas clásicas. Por otro, el presidente Vladimir Putin podría intentar vincular su país a la nueva moneda digital china e-Yuan.
Rusia además cuenta con reservas depositadas en otros países y, al menos por ahora, no se han visto afectadas por las sanciones.
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