Rebeca Marín
La reforma financiera de 2014 no tuvo gran impacto en el sistema financiero de México pues los resultados fueron insuficientes en la mayoría de los rubros, concluyó un estudio elaborado por la Unión de Instituciones Financieras Mexicanas (Unifimex) a seis años de su implementación.
La reforma financiera de 2014 fue una de las más amplias dentro del paquete de reformas estructurales aprobadas en los primeros 20 meses de la Administración de Enrique Peña Nieto, ya que se modificaron y crearon un total de 34 ordenamientos legales.
El objetivo de la reforma fue generar más crédito y más barato, incrementar la competencia del sector financiero, fomentar crédito a través de la banca de desarrollo, ampliar el crédito a través de las instituciones privadas, así como hacer más eficaces las instituciones financieras y el actuar de las autoridades.
Sin embargo, el efecto asociado a cada objetivo y los resultados en la mayoría de los casos fueron exiguos, aseveró Unifimex.
La tasa de interés implícita de los créditos de consumo subió de 5.18 por ciento en 2014, a 8.31 por ciento en 2019; la tasa de interés a las empresas incrementó de 6.21 por ciento, a 9.54 por ciento en el mismo periodo, y la aplicada a entidades gubernamentales casi se duplicó al pasar de 4.56 por ciento a 8.68 por ciento.
La reforma financiera tampoco logró disminuir la concentración de las transacciones, pues la banca comercial aumentó a 60.06 por ciento la concentración de la cartera para 2019, lo que contrasta con la banca de desarrollo, que solo tuvo 6.17 por ciento, o las uniones de crédito, que bajaron su participación a 0.64 por ciento.
"La reforma tuvo un impacto menor y no aumentó significativamente el crédito a través de la banca de desarrollo.
"La variación registrada entre 2014 y 2019 para referir el efecto asociado a cada objetivo y los resultados en la mayoría de los casos fueron exiguos", concluyó la Unión en el estudio.
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