Ahora se sabe que, por instrucciones de arriba, legisladores de Morena cerraron filas para proteger a los funcionarios de la 4-T que, de alguna manera, pudieran estar implicados en el fatídico accidente de la Línea 12 del Metro, que dejó 25 muertos y 70 heridos.
Tanto en el Congreso Federal como en el local, la mayoría morenista y sus rémoras del PT, Verde y PES se negaron a pedir la comparecencia del canciller Marcelo Ebrard —constructor de la llamada Línea Dorada—, y de Florencia Serranía, directora del Metro.
Los legisladores del bando oficialista llamaron carroñeros a los de oposición, quienes además de exigir esas comparecencias, propusieron una comisión especial para dar seguimiento a las investigaciones sobre el fatal accidente en Tláhuac.
Atrás quedaron los tiempos en que los morenos eran oposición, y no sólo exigían el cese de funcionarios por hechos como la desaparición de los 43 normalistas, o los dos muertos por el socavón del libramiento en Cuernavaca, sino cárcel para los responsables.
En esos tiempos no eran carroñeros, sino justicieros, pero como hoy son gobierno y quienes construyeron la Línea 12 están en la 4-T, buscan a toda costa protegerlos, sobre todo por la cercanía del proceso electoral, sin importar ni las víctimas ni sus familiares.
Los morenos han quedado entrampados en sus propios argumentos para tratar de culpar del fatal accidente a las anteriores administraciones corruptas, pues si eso hiciera Claudia Sheinbaum, estaría embarrando a Ebrard… igual y no le disgustaría darle un raspón a su rival rumbo a 2024.
Otros morenos han querido salpicar a Miguel Ángel Mancera, pues dicen que como jefe de Gobierno dio el visto bueno sobre las condiciones en que recibía la Línea 12, por lo que en adelante fue su responsabilidad mantenerla.
Y han querido también meter en el ajo al exdirector del Metro, Jorge Gaviño, porque en su tiempo dijo que hizo una revisión y reparación de algunos tramos de esa línea.
Flacos favores le harían al gobierno capitalino con esos argumentos, pues Sheinbaum también firmó de recibido el Sistema de Transporte Colectivo. Y no sólo eso, declaró que hace un año hizo una revisión a fondo de la obra y que le dan mantenimiento todos los días.
En síntesis: la obra la construyó Marcelo, Mancera y Claudia la han administrado, pero mientras el perredista paró casi un año su funcionamiento ante el peligro de un accidente, por los errores de construcción, a la actual jefa de Gobierno se le cayó un tren causando una tragedia.
¿A Morena no le parece importante que las autoridades den un informe de cara a la ciudadanía y que Serrania explique por qué dejó al Metro más de un año sin titular en la Subdirección de Mantenimiento?
¿No le importa lo que piensen los deudos de las víctimas o los millones de usuarios del servicio que a diario lo usan sin saber si habrá un incendio, un derrumbe, una inundación o un alcance entre trenes?
¿El exigir cuentas al gobierno por una tragedia que se pudo evitar es ser carroñero?
No sea que, a Morena, por tratar de cuidar sus votos a costa del dolor de los capitalinos, reciba al final el rechazo en las urnas.
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