La Historia Interminable

Dando o pretendiendo dar una imagen de transformación y voluntad política de cambio democrático cuando en los hechos cada mañana vuelve a las pantallas de la televisión el gesticulador de Usigli anunciando con cada nueva ocurrencia una regresión a lo más grotesco y superado de la «dictadura perfecta»".

 

"Un estilo patológico oculta (hasta cierto punto) la historia interminable. Un estilo que no es del diálogo, sino del monólogo, donde el presidente habla un día sí y otro también consigo mismo.

 

Ahora también sabemos a qué aspira el monólogo desde Palacio Nacional: a la obediencia ciega y a la subordinación impúdica". Es en este sentido que, como refleja el título de la obra, el futuro no es más que una vuelta al pasado, pero no al mejor, sino a un ideal que no existió en realidad.

 

A una sociedad como la nuestra le ha costado batallar para afrontar el futuro. Por tradición cultural los mexicanos no tenemos tanto afecto por el futuro como por el pasado.

 

De hecho, cuando pensamos el futuro, lo hacemos con las visiones y herramientas que guardamos en la memoria.

 

Por eso batallamos con lo nuevo. Tanto que el planteamiento mismo nos divide y hasta nos polariza".

 

Es hasta las páginas finales del libro en donde surge un elemento que muchos analistas han pedido a la clase política actual: autocrítica.

 

Para el exgobernador de Tabasco, aunque sea mínima, es necesario dedicar unas cuantas palabras a esto. "Mientras desarrollaba estas reflexiones, pronto me di cuenta de que la mayor parte de cuanto escribía se parecía mucho a una narrativa histórica.

 

Y me preguntaba qué sentido podía tener si en México contamos con tantas obras históricas y tantos autores.

 

No me costó trabajo convencerme de que, como actor político, al cabo de tantos años en esa arena, podía sacar tal vez algunas lecciones, aprender sería la palabra correcta, y más allá recordar lo que hemos hecho, y con ese material aportar a la discusión con ánimo de corregir.

 

Sin duda nos hemos equivocado muchas veces, hemos tomado decisiones que le han costado sufrimiento a millones de mexicanos. Una de ellas, cerrarnos en lugar de abrirnos. Ignorar la democracia

 

Legislar sin tener a la mano el rostro afligido de la gente. "Nuestra democracia es representativa, pero como diputados o senadores no fuimos representantes.

 

Una vez en el Congreso nos convertimos en soldados del poder dominante. En fin… "Hoy estamos ante un parteaguas en términos de civilización. Para México el reto no es menor.

 

Nos pegarán con más fuerza los errores y sus consecuencias: el atraso, lo que dejamos pasar. las oportunidades perdidas… la patología presidencial… lo que pudimos haber hecho y no hicimos…

 

Haber jugado a ser dioses, particularmente desde la Presidencia de la República. Y por supuesto hemos fallado. Obviamente. Ha sido una falla moral, cuyas consecuencias las han pagado los más pobres.

 

A pesar de la prédica, esa historia se nos vendrá encima. Y no habrá guía moral que nos ampare".

 

CARTA DIRIGIDA A MI TOCAYO LORET (SIGUE CABALGANDO)

 

Desgraciadamente, nuestro presidente no salió estadista, siguió de candidato. Un estadista hubiera unido a su país y hubiera resuelto los problemas Tocayo Querido: Hace muchos años leí un libro donde un periodista entrevistaba al Dalai Lama. En ese libro, el Dalai nos platicaba una serie de pensamientos que me marcaron muy profundo.

 

En esta Carta Semanal, no se trata de platicarte mis sensaciones del libro, sino mencionarte probablemente uno de sus pensamientos más profundos que me marcaron para toda mi vida.

 

Te lo comparto. El Dalai decía lo siguiente: "En el calendario del mundo occidental no deberían existir 2 días: AYER Y MAÑANA". Es obvio que no tengo mucho que profundizar. AYER Y MAÑANA….

 

La razón por la cual decidí escribirte mi Carta Semanal es para reflexionar ¿por qué el presidente en la mañanera de ayer te denunció por el reportaje que hiciste hace 16 años, donde la PGR detuvo a Florence Cases y su novio en un súper show montado por la propia Procuraduría? Tocayo: ¡No mames!

 

El presidente ¡te sacó un reportaje que hiciste hace 16 AÑOS y que, para el colmo, 4 días después demostraste que ese show fue fabricado por la misma PGR! Todo porque has denunciado públicamente las MENTIRAS, TRANSAS y CORRUPTELAS DE SU GABINETE.

 

Y mis preguntas que quiero compartir contigo son ¿por qué un presidente dedica cada mañanera a echarle la culpa a alguien que lo molesta?

 

Y ¿por qué el presidente CASI NUNCA HABLA CON LA VERDAD?  lo más cómico: ¿por qué el presidente te quiso madrear por algo que hiciste hace 16 años? Yo, lo tengo muy claro:

 

Desde el primer día de su gobierno, nuestro presidente se la ha pasado echándole la culpa al pasado para justificar sus errores y sus ineptitudes. (Nunca ha leído al Dalai Lama).

 

No solo el presidente sino el resto de su gabinete, diputados, y gobernadores. (Tampoco ellos lo han leído) Te juro tocayo que nunca en mi vida había visto algo así. Usar las mañaneras para mentir, difamar y echarle la culpa a alguien.

 

Eso de llevar más de 45,000 MENTIRAS en 2 años y medio es un problema que ni el mismo Kafka podría solucionar. Y te aclaro una cosa tocayo: Yo he mentido.

 

De chiquito cuando mi mamá me regañaba, le echaba la culpa a Manuel –mi hermano mayor– o a mis amiguitos.

 

Pero ya mayorcito hasta al día de hoy, he aceptado cuando me equivoco y lo corrijo. Y si ofendí a alguien, me disculpo. Eso sí… Jamás le echo la culpa a mi pasado. Pasado que nuestro presidente ha bautizado y puesto nombres como neoliberales, Fifís, Chairos, Pueblo Bueno, Nuestros Enemigos, Calderón, Peña Nieto, Salinas, Conservadores, etc. etc. En fin, tocayo querido, así está el rollo.

 

La 4T, ¡NUNCA SERÁ CULPABLE DE NADA! aunque nuestro presidente lleve más de 45,000 MENTIRAS en dos años y medio.

 

Para la 4T es mejor producir un show cada mañana y callar la caída de 12 MILLONES DE EMPLEOS, el medio millón de muertos por la pandemia, la caída en la economía, la falta de 130 MILLONES DE VACUNAS, etc. etc., que hablar con la verdad.

 

Desgraciadamente, nuestro presidente NO SALIÓ ESTADISTA. SIGUIÓ DE CANDIDATO.

 

Porque un estadista, en lugar de echarle la culpa a todos, hubiera unido a su país y hubiera resuelto los problemas. DÍA A DÍA. Sin echarle la culpa a nadie. Es una lástima, tocayo, que un presidente que haya ganado con tanta holgura continúe actuando como candidato en lugar de ESTADISTA. Un abrazo. 


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