Rebeca Marín
Desde que empezó la pandemia de COVID-19, varias dependencias del gobierno federal, incluyendo al Servicio de Administración Tributaria (SAT), suspendieron sus actividades, o redujeron sus operaciones considerablemente para evitar contagios. En consecuencia, en lo que refiere a la autoridad fiscal, uno de los efectos fue que el número de citas disponible bajó drásticamente.
Esto llegó al grado que muchas empresas que quebraron por los efectos del confinamiento no podían ni siquiera darse de baja ante el SAT.
En respuesta, el SAT amplió el horario de atención y hasta dio citas los sábados. No obstante, los contribuyentes seguían reportando citas insuficientes.
La escasez de citas sigue hasta la fecha, como lo señaló el jueves en rueda de prensa virtual el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en su capítulo de Ciudad Juárez, Eduardo Ramos Morán.
Esto, dice el vocero empresarial, incrementa el riesgo de que las empresas se pasen a la informalidad, pues es frecuente que por alguna situación se les cancele su certificado de sello digital y, por ende, no puedan facturar sus servicios. Esto los llevaría a la informalidad.
Ramos Morán opina que la causa del problema es que el SAT se quedó sin personal suficiente para atender a los contribuyentes, pues tuvieron que mandar a sus casas a las personas vulnerables ante el nuevo coronavirus.
"En el SAT se quedaron con menos personal y como consecuencia tienen problemas para la reactivación de los sellos digitales y ya no puedes emitir facturas", dijo.
Sin embargo, el SAT ha alegado, entre las posibles causas de la falta de citas, que los contribuyentes faltan a ellas en tasas elevadas, así como que algunos despachos de citas han usado bots para acaparar las disponibles y posteriormente venderlas.
"El tema de saturación de citas, el fuerte fue hace como dos meses, lo que detectamos es que estaban metiendo robots, sobre todo despachos contables, atrapando todas las citas y luego ellos mismos las vendían y estaban coludidos obviamente con funcionarios del SAT, se identificaron qué administraciones tributarias eran, qué despachos eran, se modificó el sistema y se metieron medidas de seguridad para que no entraran estos robots", dijo la jefa del SAT, Raquel Buenrostro.
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