Martín Aguilar
Como parte del segmento de alto nivel del 75° periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el día de hoy, se celebró de manera virtual la Cumbre de Biodiversidad, que reunió a jefes/as de Estado, ministros/as, líderes de la sociedad civil y el sector privado para enviar un mensaje sobre la urgencia de frenar la drástica pérdida de biodiversidad en el mundo.
La pandemia por COVID-19 ha puesto de manifiesto la interdependencia entre la salud humana y la salud de los ecosistemas. Por ello, uno de los temas más recurrentes en las declaraciones de las y los líderes mundiales fue un llamado a integrar la conservación y uso sustentable de la biodiversidad como eje central de las políticas y estrategias de recuperación.
El canciller Marcelo Ebrard Casaubon representó a México mediante un video en el que destacó que la protección de la biodiversidad es fundamental para el bienestar social y para la erradicación de la pobreza. Planteó que no existirá regreso a la normalidad, sino que se debe apuntar a una recuperación que permita reformular, por completo, nuestra relación con la naturaleza.
Asimismo, enfatizó que México, reconociendo su responsabilidad como país megadiverso, ha adoptado medidas contundentes para salvaguardad el patrimonio biocultural, como la prohibición de los transgénicos y el fracking. También impulsa acciones globales para la promoción de una economía oceánica sostenible.
Este evento de alto nivel es un paso crucial para reafirmar el compromiso de los Estados miembro de las Naciones Unidas con la adopción de un marco mundial para la diversidad biológica posterior a 2020 ambicioso y transformador. Dicho marco, que reemplazará a las Metas de Aichi, será acordado en la COP 15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), por celebrarse el próximo año en China.
Bajo el liderazgo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, México ha llevado a cabo uno de los procesos de consulta más amplios en el mundo para incluir a diversos actores en la formulación de sus posicionamientos de cara a la negociación del nuevo marco. La ciencia es clara y el llamado a la acción es urgente: el proceso post-2020 es la última oportunidad para lograr la Visión 2050 del CBD de "vivir en armonía con la naturaleza".
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