A dos días del sorteo del avión presidencial, cada vez más están hechos bola los de la 4-T con la no rifa del avión, pues en la esquina de Reforma y Juárez, donde se ubican las oficinas de la Lotería Nacional nomás no ven cómo completar el dinero en caso de que haya ganadores.
Lo que en un principio comenzó como una ocurrencia presidencial, cuando el inquilino de Palacio Nacional anunció que su gobierno rifaría el avión presidencial que ni Obama tuvo, tomó forma y metió a todos en aprietos.
Primero, porque era una vacilada rifar un avión que ningún millonario o compañía quiere comprar, y porque quien lo ganara jamás lo iba a poder usar. Vaya, ni siquiera estacionar, y más que ganar iba a perder, pero aun así la chairiza se emocionó.
Al darse cuenta de su disparate, el Presidente optó por ordenar que la rifa siguiera, pero que en todo caso se pagara el equivalente al valor del citado avión, cuyo premio se dividiría en 20 pedazos, pero que se siguiera anunciando como rifa del avión presidencial.
Esa decisión le quitó el encanto a la rifa, pues no se necesita vender la ilusión de ganarse un avión neoliberal, si lo único que se rifa es dinero… como cada año, cuando se hace el sorteo patrio.
Pero el propio inquilino de Palacio Nacional dice que es muy terco y el tema siguió adelante. Incluso, en una cena con empresarios los comprometió a comprar miles de cachitos… le dijeron que sí, pero no le dijeron cuándo.
Como la fecha está a la vuelta de la esquina, la orden presidencial fue que la alta burocracia comprara voluntariamente los cachitos faltantes, que son más de la mitad. Como el Presidente vio que ni con eso saldrían las cuentas, metió la mano al presupuesto público.
Dijo que de una lanita que le entregó el Instituto Para Devolverle al Pueblo lo Robado, producto de las subastas, tomaría para comprar un millón de cachitos, que regalaría a los trabajadores de todos los hospitales covid del país.
Y que quienes le pegaran al gordo decidieran cómo equiparían sus hospitales. O sea, que el dinero no sería para ellos, sino para equipar sus unidades.
¿Si lo del sorteo es para salud, no hubiera sido más fácil entregar directamente al Insabi el dinero en lugar de darlo para un sorteo, y que luego regrese a los hospitales… claro, en el caso de que se completen los recursos o de que los ganadores quieran entregarlos?
Pues no, ahora no sólo los burócratas de alto nivel, sino hasta los de abajo están siendo obligados a entrarle con su cuerno y están encabritados, pues ya de por sí les han estado mochando parte de su salario.
Incluso, hasta el director de la Lotería Nacional fue cesado por no entender las instrucciones del jefe.
A la burocracia no le hace gracia el asunto y en este tema del avión ya hasta bromeando que ese aparato es el más honesto en el gobierno, pues es el único que no se vende por nada del mundo.
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