En julio de 2018, René Bejarano Martínez informó a sus seguidores del Movimiento Nacional de la Esperanza que él sería el encargado de armar la estructura que dispersaría los programas sociales del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Les dijo que tenía un acuerdo para integrar a 30 mil operadores, todos integrantes de su movimiento, para cerciorarse de que los apoyos fueran entregados correctamente en todos los rincones de la República.
El escándalo obligó al futuro gobierno a deslindarse, sobre todo por los negros antecedentes de Bejarano Martínez, quien, cuando fue secretario particular de López Obrador en el GDF, fue grabado llevándose portafolios de dólares del empresario Carlos Ahumada.
Aunque el mensaje fue grabado y difundido en redes sociales, casi un mes después el propio profesor de las ligas salió a aclarar que era falso lo que él mismo había dicho… faltaban cuatro meses para que arrancara el nuevo gobierno, que se autodenominaría de la 4T.
Se negó la interferencia de René, pero el gobierno federal nombró a Ariadna Montiel Reyes como subsecretaria del Bienestar, casualmente, la secretaría que manejaría los millonarios recursos, justamente, de los programas sociales.
Ariadna —quien le ganó la carrera a Rosa Icela Rodríguez para ese puesto— fue formada en la corriente de Bejarano, y todavía como diputada le reportaba todo por teléfono al profesor, para que le indicara cómo actuar en el Congreso.
Todo el mundo tiene claro que la funcionaria sigue siendo bejaranista y que es la que maneja los programas sociales, pues su jefa —María Luisa Albores— no tiene ni idea de lo que es eso.
El tema cobra relevancia porque ayer renunció Víctor Manuel Toledo a la Secretaría del Medio Ambiente, por claras diferencias con el Presidente de la República, y Albores fue mencionada de inmediato como su sucesora.
Los bejaranistas pugnarán porque Montiel Reyes ascienda como secretaria, a fin de hacerse libremente del manejo de los programas sociales, que son de las acciones que más recursos concentran en este gobierno.
Con su Movimiento Nacional de la Esperanza, Bejarano se dedicó a construir estructuras en los 300 distritos electorales, para llegar sin problemas a todos los rincones del país y ampliar su padrón electoral.
Si se concretan estos cambios, justo cuando inicia legalmente el año electoral para las elecciones de 2021, estará muy clara la señal de que la 4T permitirá que el profesor de las ligas opere para ellos las elecciones territoriales en el país.
Para esas tareas es un experto, por mucho que no pueda salir públicamente a dar la cara, aunque, en una de ésas, aprovecha para ampliar sus bases y transformar en partido el MNE.
Por lo pronto, Bejarano está al acecho de los programas sociales de la 4T.
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