Martín Aguilar
Debido a la suspensión de misas por bautizos, bodas, XV y otros, desde el inicio de la pandemia del Covid-19 el pasado mes de marzo, la industria de los salones de fiestas está por colapsar, pues ya no hay rentas cada fin de semana, como las solían tener agendadas.
Durante el programa Del Pasado al Futuro, conducido por Tony Mancuso y Rosalía Buaun, acompañados por la periodista de espectáculos, Silvia Morgado, tuvieron de invitados al Representante Legal del Centro de Convenciones de Tlatelolco, Salvador Jiménez Cruces, a la Concesionaria de los Salones de Fiestas del Seguro Social, Ana Elena Salgado Riva palacio y al representante de los Meseros de Banquetes, Héctor Zúñiga.
Jiménez Cruces, señaló que actualmente hay salones de fiesta que se cotizan muy barato, mientras que los más caros pueden oscilar hasta en por lo menos 35 mil pesos o un poco más, dependiendo el servicio que se ofrece.
Recalcó que debido a la suspensión de misas por bautizos, bodas, XV y otros, desde el inicio de la pandemia del Covid-19 el pasado mes de marzo, la industria de los salones de fiestas está por colapsar, pues ya no hay rentas cada fin de semana, como las solían tener agendadas.
Comentó que la pandemia les pegó muy fuerte, todavía no están autorizados a abrir por aquello de las aglomeraciones y si se arriesgan a hacerlo corren el riesgo de ser suspendidos.
Por su parte, Salgado Riva dijo que ya fue al programa para defender a ese sector, que, pese a que el gobierno de la CDMX no ha autorizado a que no abran los salones de fiestas y de espectáculos, están obligados a sanitizar sus instalaciones las veces que sean necesario con tal de que las autoridades les permitan abrir de nuevo y cumplir con todas las reglas sanitarias con la condición de que los dejen trabajar, ya que muchas familias dependen de este sector para subsistir.
Resaltó que en el 2019 por ejemplo, se tenían tenían programadas hasta tres rentas de su salón de fiestas por cada fin de semana, mientras que en lo que va de este año éste servicio apenas se otorgó hasta los primeros días de marzo pasado.
Esta restricción y la prohibición de reuniones y fiestas masivas son lo que no les permita que sigan trabajando, ya que pese a que ya abrieron cines, restaurantes y algunos bares, ellos están molestos porque el gobierno no les permita trabajar y seguir adelante.
Dijo que, sean realistas, en estos tiempos en los que la gente ha perdido sus empleos o los mantienen pero les disminuyeron sus sueldos, ¿quién querría gastar en hacer una fiesta?, seguramente hay quienes sí lo piensen hacer, pero lo van a hacer hasta el próximo año si bien nos va.
Cabe recordar que el pasado 22 de abril se publicó en la Gaceta de Gobierno la prohibición de eventos masivos de cualquier tipo como políticos, religiosos, sociales, entre otros, así como eventos o espectáculos públicos en salones de fiestas y/o jardines para eventos sociales, verbenas, ferias, desfiles, fiestas populares, entre otros, por no ser considerados como actividades esenciales.
Agregó que pese de que algunos empresarios actualmente hay salones de fiesta que se cotizan hasta en dos mil pesos, mientras que los más caros pueden oscilar hasta en por lo menos 35 mil pesos o un poco más, dependiendo el servicio que se ofrece.
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