Rebeca Marin
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, entregó hoy a los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) las acciones, propuestas y recomendaciones de políticas que ha elaborado la Comisión para hacer el seguimiento y enfrentar la crisis del coronavirus, en una reunión virtual privada de alto nivel.
La reunión, titulada "Hacia una nueva economía global: Encuentro universitario ministerial", fue convocada por la Presidencia Pro Témpore de la CELAC, a cargo del Gobierno de México. Estuvo encabezada por el Secretario de Relaciones Exteriores de ese país, Marcelo Ebrard, y en ella participaron representantes de los ministerios de relaciones exteriores y otras autoridades de los 33 países de América Latina y el Caribe que integran el organismo, así como rectores y decanos de comercio y economía de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), entre ellos Enrique Graue Wichers, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Rodrigo Arim, Rector de la Universidad de La República, de Uruguay.
En la ocasión Alicia Bárcena presentó el Informe sobre el impacto económico en América Latina y el Caribe de la enfermedad por coronavirus (COVID-19), estudio elaborado por la CEPAL en respuesta a la solicitud realizada por el Gobierno de México en el ejercicio de la Presidencia Pro Témpore de la CELAC durante la Reunión Ministerial Virtual sobre Asuntos de Salud para la Atención y el Seguimiento de la Pandemia COVID-19 en América Latina y el Caribe, celebrada el 26 de marzo de 2020.
En su presentación, la alta funcionaria de las Naciones Unidas detalló que, en respuesta a la solicitud de la CELAC, la CEPAL ha puesto en marcha un Observatorio COVID-19 para contribuir al examen y seguimiento de las acciones y medidas tomadas por los 33 países de CELAC para enfrentar la pandemia; produjo variados informes y análisis con datos comparados en apoyo a los encargados de formular políticas en general sobre temas sectoriales; ha sostenido reuniones con representantes de gobierno al más alto nivel para apoyar la construcción de soluciones e intercambio de experiencias, encuentros que continuarán desarrollándose en las próximas semanas; y ha efectuado recomendaciones y propuestas de corto y mediano plazo.
"La pandemia ha provocado una conmoción en las sociedades y economías y obliga a ser más creativos, aumentar el intercambio de experiencias, fortalecer el aprendizaje entre pares y aprovechar el multilateralismo en un tiempo en que la cooperación y la colaboración entre los actores es muy importante y en el que nadie se salva solo", indicó Alicia Bárcena.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL destacó que el Observatorio COVID-19 en América Latina y el Caribe, implementado por la CEPAL con el apoyo de los coordinadores residentes de las Naciones Unidas en la región, es un espacio de comunicación regional para difundir los análisis de los efectos económicos y sociales a nivel nacional y regional en la situación de los sistemas de salud, la estructura laboral, el empleo, la escolaridad, la producción, el comercio o la política macroeconómica.
Esta herramienta incluye un Geoportal COVID-19 que proporciona a partir de un mapa interactivo acceso a la información sobre las acciones implementadas por los países de la región para enfrentar la pandemia. Esta información está desagregada por tipo de medida: restricciones de movimientos, salud, economía, trabajo, protección social y educación, y próximamente se incluirán las acciones relacionadas con la dimensión de género, explicó.
Indicó que la CEPAL ya ha publicado tres Informes Especiales COVID-19 que abarcan los impactos socioeconómicos de la pandemia, así como estudio específicos sobre la elaboración de estadísticas oficiales; recomendaciones generales para la atención a personas mayores desde una perspectiva de derechos humanos; la crisis de los cuidados en América Latina y el Caribe; el impacto de las políticas restrictivas al comercio internacional de medicamentos e insumos médicos; los impactos en el turismo; las personas con discapacidas; los efectos sobre los sistemas alimentarios; las oportunidades de digitalización; y la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible en el nuevo contexto mundial, entre otros.
Asimismo, la Comisión ha realizado reuniones virtuales con representantes de gobierno al más alto nivel vinculadas a los temas de su plan de trabajo, el quehacer de los órganos subsidiarios de la CEPAL y la crisis del COVID-19. En ellas han participado también funcionarios de organismos, fondos y programas de Naciones Unidas, así como los coordinadores residentes, actores clave en la implementación de las acciones sobre el terreno. A la fecha se han efectuado reuniones con autoridades de organismos nacionales de estadísticas; ministros de desarrollo social; ministras y altas autoridades de los mecanismos para el adelanto de la mujer de América Latina y el Caribe; ministras y ministros de finanzas de la región; ministros, ministras y altas autoridades de los ministerios y órganos rectores de ciencia, tecnología e innovación; embajadores y representantes de las misiones permanentes de países de la región ante las Naciones Unidas; organizaciones de la sociedad civil; y responsables de medio ambiente y de cambio climático de varios países. En el corto plazo, ya se encuentran programadas reuniones virtuales con ministros y autoridades de planificación de América latina y el Caribe, y con autoridades en materia de envejecimiento y personas mayores en la región.
En su exposición, Alicia Bárcena recordó a los miembros de la CELAC y autoridades universitarias que previo al COVID-19, América Latina y el Caribe ya mostraba bajo crecimiento, limitado espacio monetario y fiscal y niveles de pobreza y desigualdad incrementándose. Agregó que la pandemia generará la recesión más grande que ha sufrido la región, con una contracción estimada de -5,3% en 2020, un desplome del comercio en -15%, y aumentos en el desempleo, pobreza y desigualdad.
La CEPAL ha propuesto a los países implementar en lo inmediato un ingreso básico de emergencia (IBE) equivalente a una línea de pobreza y, en el corto plazo, aumentar el espacio fiscal para diseñar medidas efectivas, y fortalecer mecanismos para apoyar a los ingresos, empleo y MiPYME. En tanto, en el mediano plazo, se requerirá formular respuestas para un mundo post COVID que traerá cambios de modelo, de la estructura productiva con mayor igualdad y sostenibilidad, advirtió Bárcena.
"Se requiere un Estado de Bienestar con base en un nuevo pacto social (fiscal, social y productivo) que incluya la universalización de acceso a los derechos, ingreso básico universal y un sistema de cuidados. Debemos impulsar la integración regional en una nueva geografía económica", insistió.
"Necesitamos mayor integración productiva, comercial y tecnológica para incidir en la nueva geografía económica internacional. Generar políticas industriales y tecnológicas para crear y fortalecer las capacidades productivas e impulsar la productividad, el empleo y el crecimiento sostenible. Todo esto para ir hacia una reactivación verde y una recuperación vía un gran impulso por la sostenibilidad", declaró.
"Se requieren pactos fiscales progresivos con mayores impuestos directos sobre la renta personal, especialmente del 1% más rico, con el fin de avanzar hacia un modelo de desarrollo más inclusivo y sostenible basado en una nueva relación entre el Estado, la sociedad y el mercado", enfatizó Alicia Bárcena.
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