Gloria Brito Nájera
Después de haber minimizado la pandemia y haber perdido tiempo valiosísimo, el lunes 30 de marzo se hizo la "declaratoria de emergencia sanitaria de fuerza mayor" por el gobierno federal, recomendando disciplina, sana distancia y lavado de manos, el 6 de abril, el subsecretario de salud Dr. López-Gatell anunció que en dos o tres semanas entraremos a la fase 3 de la pandemia (de transmisión máxima y con mayor dispersión geográfica).
Hasta el último reporte oficial: 3,181 enfermos, que representan el 11.9% del total de personas estudiadas, lamentablemente 174 decesos y 9,188 bajo sospecha, y bajo sospecha también, los datos oficiales porque las pruebas no se están aplicando ampliamente, la situación inquieta y más porque nos encontramos en medio de un sistema de salud devastado y un déficit de personal médico.
"Lavarse las manos con jabón es una de las cosas más baratas y efectivas que se puede hacer para protegerse y proteger a otros contra el coronavirus, así como muchas otras enfermedades infecciosas" dice la UNICEF, pero también reconoce que, "una de cada tres personas en el mundo no tiene acceso al agua potable, carecen de instalaciones básicas para el lavado de manos" (junio 2019) …" Los países deben redoblar sus esfuerzos en materia de saneamiento y agua potable", recomendación de la UNICEF.
Recuerdo aquí, que estas han sido unas de las demandas, entre otras, por lo que ha luchado el Movimiento Antorchista desde hace 46 años, dotar de servicios a los más desamparados de nuestro país, cerrar la brecha de la desigualdad, y por esta exigencia ha sido criticado y calumniado.
También el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en estudio publicado en agosto de 2019, advirtió que, "apenas poco más de la mitad de los mexicanos, el 53.6 %, tiene acceso diario al agua en su vivienda". Y si no hay agua para lavarse las manos, para desinfectar la fruta, para lavar la ropa, en estas condiciones ¿cómo se va disciplinar y cómo se va a proteger la gente del virus, como lo piden nuestras autoridades?
En la capital de nuestro país, este problema, más allá de la pandemia, ya es una crisis que afecta a una buena parte de la población, en alcaldías como: Álvaro Obregón, Coyoacán, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan, Xochimilco e Iztapalapa, en el mejor de los casos, en las zonas en las que cuentan con red de distribución, el gobierno no le ha prestado atención al problema de las fallas en las tuberías provocadas por el hundimiento de la ciudad, por lo que las instalaciones se han ido dañando más y más, se recurre al tandeo del agua, pero este es insuficiente y de mala calidad, ocasionando enfermedades infecciosas.
Pero, hay zonas en donde el problema es aún más grave, el surtimiento se hace por pipas y por las pocas pipas que hay, la gente sufre días y semanas sin agua. Los antorchistas hemos tenido que manifestarnos por el desabasto de agua sobre todo en Tláhuac. El gobierno morenista dirigido por Claudia Sheinbaum ha mostrado incapacidad para resolver ésta escasez, que hoy se vuelve un problema de vida o muerte por la actual pandemia.
Para muestra un botón: Adriana Martínez vive en una Unidad Habitacional en la alcaldía Gustavo A Madero, a las cinco de la mañana que es cuando les llega un tandeo de dos horas por la tubería, sólo logra juntar unas cuantas cubetas para el consumo del día, pero como no le alcanzan, se ve en la necesidad de usar agua de garrafón para su consumo, pero intenta evitar esta alternativa porque cada garrafón le cuesta 45 pesos.
"Me voy a gastar más en garrafones de lo que voy a ganar esta semana y ni siquiera sé si me van a pagar esta semana. Nos dicen que no salgamos de nuestra casa, que desinfectemos y que nos lavemos las manos varias veces para no contagiarnos, pero no nos dicen con qué agua, si no tenemos", dice Adriana, quien se dedica a la limpieza de oficinas y es el principal sostén económico de su familia.
¿Hasta cuándo este gobierno se va a disponer a resolver los problemas que afectan a los más pobres? Estos están en el límite de sus necesidades y en estos momentos de pandemia sus necesidades son más evidentes, no atenderlos es un crimen de lesa humanidad. Siempre se ha dicho que los mexicanos aguantamos mucho, pero hoy el tigre está amarrado con un estambre.
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