Con el aumento de varios casos sospechosos de coronavirus, que en este caso aumentan a 82 y que en el peor de los casos, el gobierno quiere ocultar las cifras, muchos afirman que pueden superar los 200 casos sospechosos, la Ciudad de México es uno de los lugares donde hay más infectados y que en los próximos días puede empeorar.
Y por mucho que la 4T diga tener otros datos, más vale que en el gobierno capitalino y sus alcaldías se vayan olvidando de sus ocurrencias y se concentren en lo importante, pues está claro que ya está aquí la crisis y que pegará durísimo al país.
En lugar de estar pensando en cómo regalar más dinero a la gente que no produce, como es el caso de los ninis, por ejemplo, Claudia Sheinbaum deberá acelerar las condiciones para reactivar la industria de la construcción, por citar una.
Y es que esta industria no sólo genera empleos, sino actividad económica en negocios que viven en torno a ella, como son casas de materiales de construcción, tiendas de acabados, eléctricas, pinturas y un sinfín de áreas más que redundan en economías locales.
Porque si están pensando que el coronavirus, la caída de los precios petroleros, de las bolsas de valores en el mundo y el alza del dólar no tienen nada que ver con la Ciudad de México, pues están muy equivocados.
Si no hay reactivación económica e inversión extranjera directa en el país, seguramente las empresas venderán menos, tendrán que recortar empleos y, por consiguiente, habrá menos captación de recursos vía impuestos fiscales.
Si hay menos ingresos en el gobierno federal, obvio que habrá menos recursos para los estados y las alcaldías, y eso no excluye a la CDMX, por mucho que tenga un alto índice de captación de impuestos locales.
El camino en estos casos es muy claro: hay que dejar de regalar dinero y de gastar en lo que no es indispensable y eso incluye ocurrencias como la Universidad de la Salud, por ejemplo, y optimizar el gasto en educación, salud, agua, transporte y, sobre todo, seguridad.
Si la crisis se llega a agudizar a los niveles que la pronostican los analistas, y eso se suma con el cada vez más amplio descontento social en sectores como colectivos feministas, familiares de enfermos en hospitales públicos y despidos, se puede formar una tormenta.
Más de uno recomienda a los gobiernos de la 4T que, en lugar de actuar como si siguieran en campaña, se pongan a administrar y a hacerlo bien, dejando los populismos atrás, pues hay varios ejemplos cercanos de estados populistas fracasados.
Es hora de dejar de culpar de todo lo malo al pasado, pues muchos morenistas vienen de aquellas épocas, y hacer bien la chamba, pues sería muy lamentable que personajes que ganaron ampliamente para ser gobernadores no se dedicaran a gobernar.
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