Tal parece que la lucha por el poder entre los morenos ya empezó, por las posiciones político-económicas en el Congreso local detonó una crisis legislativa, en la que la oposición abandonó la sesión y los obligó a cancelar actividades.
Todo comenzó cuando la mayoría morenista se negó a que el presidente de la Junta de Coordinación Política, el panista Mauricio Tabe, subiera un punto en el que pedía que las unidades administrativas que están acéfalas en ese órgano fueran ocupadas por mujeres.
Los morenos, cuyas tribus ya tienen a sus candidatos recomendados por la Comisión Nacional de Honor y Justicia de su partido, ni siquiera dejaron que se votara el punto; lo bajaron sin importar que fuera contra la propia ley del Congreso.
Ante el desagravio, las bancadas del PAN, PRD y PRI abandonaron la sesión y Morena siguió sesionando, pero cuando se llegó a la votación de una ley que requería mayoría, ni siquiera completaron el quorum, por lo que en definitiva suspendieron la sesión.
Aunque son mayoría y presumen 33 millones de votos, además del apoyo de sus rémoras del PES, PVEM y PT, a los pejistas los venció la flojera de sus aliados y de plano no se presentaron, detonando una crisis que ya se venía venir desde hace algunas semanas.
A pesar de ser uno de los congresos más holgazanes del país, pues en año y medio sólo han dictaminado 15 por ciento de las iniciativas, las diferencias internas de Morena han paralizado los trabajos y no se ve cómo vayan a sacar la chamba.
Si la oposición se mantiene unida en su decisión de no regresar a las sesiones, la crisis no sólo golpeará al propio Congreso, que tiene la importante labor de hacer las leyes de la Constitución Política de la CDMX, sino que también golpearía de lleno al gobierno capitalino.
Ni modo que a Claudia Sheinbaum no le interese que los diputados no caminen, pues esa parálisis afectará a su administración y todos perderían. El problema es que nadie ha podido meter la orden a las voraces tribus de morena que se disputan con todo el dinero público.
Como buena parte de los legisladores morenistas provienen de las famosas tómbolas, más los que sólo fueron pillos en el PRD, no tienen ni idea de lo que es el trabajo legislativo. Pero eso sí, ya vieron que hay mucho dinero y plazas disponibles.
Y como las unidades administrativas son una verdadera mina, pues ya les ganó la ambición y están peleando con todo por un pedazo del pastel, que bueno que los integrantes de la 4-T no venían por el dinero y los puestos, que si no.
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