Rebeca Marín
pidiendo fotos, archivos digitales, mapas, evidencia testimonial y cualquier evidencia disponible para demostrar que las operaciones sí tuvieron lugar y puedan ser deducibles. Es decir, las facturas ya no son suficientes.
Actualmente, el fisco tiene la facultad de exigir al contribuyente que compruebe lo que compra, básicamente, que demuestre que sí sucedieron. El problema es que la ley no dice cómo debe ser este proceso y qué se debe tomar en cuenta. Esto lleva a que la autoridad establezca sus propios estándares; por ejemplo, fotos y archivos digitales, además de la factura en sí.
Según especialistas, estos requisitos se dan en compra de servicios que no dejan rastros. Por ejemplo, consultorías, servicios de reparación, etc. Este tipo de servicios son más difíciles de comprobar ante el fisco. Aunque esto ya se ha hecho desde sexenios anteriores, las metas de recaudación actuales están acentuándolo.
De acuerdo con Guillermo Mendieta, socio de la firma Mendieta y Asociados, estas prácticas dañan la productividad de la empresa porque aumentan la la carga administrativa, los recursos que deben disponer y el tiempo de los empleados.
Por otro lado, según Mario Barrera, fiscalista de Thompson & Knight México, si a una empresa le rechazan la deducibilidad, puede tener una deuda importante con el fisco.
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