No se conoce el destinatario ni el móvil aún, pero de que el asesinato responde a una motivación por comunicar algo a alguien o a alguna organización, empieza a constituirse como una posibilidad real.
Y es que en el estudio de la llamada delincuencia organizada, las formas de ejecución tienen un código de iintterpretación: cuando se ejecuta a un individuo con los ojos vendados, tiene la significacipón de que en vida fue testigo de algo que le pudo costar la vida al haber sido su testigo ocular, afectando intereses de la llamada "Familia del crimen" (delincuencia organizada). Y así bajo esa pauta, hay a quienes ejecutan y les mutilan un dedo, una extremidad, un miembro, una oreja, por haber infringido códigos de disciplina interna a través de actos ejecutados con los órganos afectados; si es una oreja porque escuchó y no fue "discreto"; si fue un dedo, por haber sido denunciante a la autoridad; si el órgano afectado en el occiso es de tipo genital, porque la falta tuvo que ver con el ámbito pasional, etcétera.
Pero si la víctima sacrificada es un tercero y en este caso una inocente, a la que se violó y torturó, por lo que el mensaje pudiera ser aún más complejo.
Ernestina Godoy no pudo dar detalles del nuevo curso de la investigación, de las nuevas pistas, pero tácitamente aceptó como respuesta a una de las preguntas, que no se descarta ninguna hipótesis que tenga que ver con la venganza o con el pago de algún adeudo de carácter pecuniario o expresados en códigos de delincuencia organizada.
Y es que el caso se da en las inmediaciones de la alcaldía de Tláhuac, demarcación con un crecimiento exponencial de la delincuencia organizada y consecuentemente, del índice delictivo.
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